Galería/ Guía para dejar un trabajo

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Busque empleo de manera furtiva.

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Nada de e-mail a compañeros de profesión, ni cambios en LinkedIn o visitas a ferias de empleo. Las nuevas tecnologías permiten llegar a los directores de recursos humanos. Acuda a ellos.

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Haga las entrevistas en su tiempo libre.

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Si comienza a cambiar turnos o a hacer otros movimientos sospechosos relacionados con su horario, es posible que alguien acabe por pensar que sus faltas se deben a una búsqueda incesante.

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Deje claras sus posibilidades de incorporación en la futura empresa.

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Lo más adecuado es que avise a su empresa que se va con dos semanas de antelación. Por esta razón, debería ser claro con su futura empresa y tratar de incorporarse tras ese período.

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Trate de sacar sus pertenencias personales de la oficina antes de anunciar que se marcha. Algunas empresas no se toman muy bien que un empleado se vaya, aunque avise con antelación.

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Reúna los archivos y contactos que le pueden ser de utilidad más adelante. Antes de irse, no olvide revisar su disco duro y su agenda. Que su trabajo anterior no quede en nada.

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Asegúrese de irse con buenas referencias bajo el brazo. No tienen por qué ser necesariamente de su jefe, pero sí de otros empleados, por ejemplo. Si ha trabajado bien, raramente alguien se negará a darlas.

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No haga nada que pueda entorpecer la labor del que le sustituya. Por muy quemado que esté con la empresa, debe pensar en su reputación primero.

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Comunique su renuncia en persona. Escoja el momento adecuado, pídale una reunión a su jefe y cuéntele sus planes. Marcharse por la puerta de atrás nunca es buena idea, no hay que cerrar puertas.