En el país sí es posible trasladarse al régimen de prima media estando a menos de diez años de jubilarse.
De acuerdo con reportes de Colpensiones, el año pasado 717 personas, de las más de 11.550 que interpuesieron demanda con este fin, tuvieron un fallo favorable.
De acuerdo con Juan Miguel Villa, presidente de la entidad, los demandantes “exigen la nulidad del traslado (a los fondos privados) por algún tipo de desinformación”.
¿Cuál es el panorama actual de la entidad?
Hoy hay 6’702.249 afiliados, de los cuales el 36% hacen aportes periódicos. En total 1’328.986 personas se pensionaron con Colpensiones, de las cuales 69.368 se jubilaron el año pasado.
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En Beneficios Económicos Periódicos (BEPS) hay 450.000 ahorradores.
Además, el año pasado 155.000 personas, que estaban en los fondos privados, se pasaron a Colpensiones, lo que equivale un aumentó del 26% frente al 2017.
Por su parte, 11.000 vinculados a Colpensiones se trasladaron al régimen de ahorro individual en el mismo periodo y 717 personas se trasladaron a Colpensiones por sentencia. El argumento presentado es que exigen la nulidad del traslado (a los fondos privados) por algún tipo de desinformación.
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¿Cuál es el reto más próximo para el 2019?
Uno de los primeros retos que tiene la entidad es el de la gestión de la información y para eso vamos a aplicar soluciones en inteligencia artificial. Utilizarlo por ejemplo para reconocimiento pensional, corrección de las historias laborales, porque el 40% de la información que tiene Colpensiones es de entre 1967 y 1994. Y esa información se heredó de unos formatos de los ochenta. También queremos aplicar tecnología blockchain para poder resguardar la información, para que no sea alterada y sea menos propensa al fraude, porque todos los días tenemos ciberataques. Nosotros tenemos muchos controles al interior pero no podemos controlar lo que viene de afuera.
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También queremos lanzar una aplicación móvil en la que la gente pueda chatear con Colpensiones, pueda revisar su historia laboral, revisar las transacciones, mirar su saldo, y que también pueda acceder a la asesoría que se necesita.
Ya tenemos una versión beta que estamos probando y la idea es lanzarla al final de este semestre o comenzando el próximo. Pero va a ser una realidad este año.
¿Y en cuanto al sistema cuál es la prioridad?
La entidad tiene dos negocios, uno es el régimen de prima media y el otro son los Beneficios Económicos Periódicos (BEPS), y una de las prioridades en cuanto al manejo del sistema de seguridad social es que estos BEPS sean una opción real para la gente que gana menos del salario mínimo y que por eso no puede acogerse a la pensión.
Si bien el mínimo no alcanza para mantener una familia, y con menos de eso dirán que es mucho más difícil, por lo menos vamos a poder garantizar a la gente que pueda tener algún tipo de ahorro individual, algún ingreso en la vejez, sumando el ahorro que hacen con el subsidio del 20% que da el Estado sobre ese valor.
Sabemos que la línea de pobreza son $230.000 y proteger a la gente en cuanto a la pobreza es una de las principales razones por las que existen los BEPS. Hay un reto porque hoy hay 1’200.000 vinculados a BEPS pero solo 450.000 ahorran y la meta para el 2022 es elevar esa cifra a 1’200.000 personas.
Además, vamos a adaptar un modelo de BEPS para la economía naranja, esto está en desarrollo y queremos lanzar un piloto con el que se reconoce la naturaleza del trabajador de la economía cultural, que es irregular, que es una persona de difícil empleabilidad, y cuyos ingresos no son frecuentes o periódicos.
¿Pero cuál sería la diferencia con los BEPS actuales, si es para todos los que ganan menos del mínimo?
Educación financiera, porque uno ve que estas personas muchas veces tienen un momento de gloria en su vida pero mueren en la pobreza, que es la historia de algunos compositores por ejemplo. Y es algo que ya tenemos concretado con el Ministerio de Cultura. Hoy el 98% de los entes territoriales recaudan la estampilla procultura y el 10% de eso puede ser destinado para la seguridad social de los creadores y gestores culturales. A ellos los identifica el Ministerio y nosotros con los entes territoriales, hacemos las gestiones para que los recursos pasen a Colpensiones y se les otorgue lo que nosotros llamamos una ‘anualidad vitalicia’.
La Ministra de Trabajo manifestó que le interesaba promover la contratación por horas y enlazar esa modalidad con BEPS para la protección de la vejez ¿Cómo ve esa propuesta?
Es una premisa que se va a comenzar a materializar ya con el plan de desarrollo. Este plan tiene varios ingredientes que van hacia esa dirección, el primero de ellos está en el artículo 113, el cual crea un piso de protección social. Este dice que para los trabajadores que ganan menos de un mínimo, que son el 44% de los trabajadores colombianos, los empleadores deberán hacer contribuciones a salud subsidiada y a BEPS en Colpensiones, y de esa manera formalizar a los empleados.
Entonces, el 15% del pago que se le haga a alguien que gana menos del mínimo se irá a los BEPS, el 14% para su cuenta individual y un 1% para lo que se llama un ‘seguro inclusivo’, que cubre un seguro de vida, amparo exequial e incapacidad.
Esto lo que hace es adaptarse a la realidad colombiana mientras todavía trabajamos en los cimientos para que estas personas ganen más del mínimo, pero que si es una empleada doméstica que trabaja por días en una casa, el empleador le pueda ofrecer como alternativa un piso de protección social. La idea es migrar hacia un modelo que sea flexible para los trabajadores y los empleadores.
¿Pero cómo le van a pedir a la gente que ahorre cuando, por el nivel bajo de ingresos, es claro que les cuesta mucho?
El aporte del 15% lo hace el empleador, en caso de ser un trabajador dependiente o independiente contratista, al independiente por cuenta propia sí le toca asumir los aportes a él mismo.
¿Entonces los BEPS serán la pensión de los menos favorecidos?
Los BEPS no son una pensión, pero se combinan con el programa Colombia Mayor, que es un subsidio. Estos dos modelos son complementarios y crean un piso de protección que, aunque no es suficiente, sirve.
Adriana Carolina Leal Acosta
adrlea@portafolio.co