La coyuntura actual de precios bajos del petróleo y devaluación del peso, sumado al decrecimiento que podría tener el consumo privado, uno de los renglones que impulsó el crecimiento económico del país el año pasado, debido al impacto que del covid-19, son señales que vienen prendiendo las alarmas de los analistas, así como del Gobierno y empresarios.
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Uno de los temas que se han puesto sobre la mesa está relacionado con las decisiones de política monetaria del Banco de la República que no altera su tasa desde hace 23 meses dejándola en 4,25%.
Aunque en los últimos días algunos bancos centrales del mundo han rebajado su tipo de referencia, lo cual podría impulsar a que Colombia haga lo mismo, para algunos analistas del mercado nacional la tasa de interés ideal en esta coyuntura debería estar enfocada en impulsar la actividad económica, más allá de una que revise el efecto inflacionario.
Así las cosas, los expertos prevén que la tasa neutral, una que no afecte ni el crecimiento económico ni la inflación, debería ubicarse por debajo de 4%. De acuerdo con Munir Jalil, economista jefe de BTG Pactual para la región andina, “la tasa neutral estaría entre 3,75% y 4%, esa sería una que no afectaría a la economía ni la inflación, pero creo que el Banco debería bajarla enfocado en aportar a la actividad económica. Considero que el Emisor debería disminuir las tasas en este momento a 3,50%, 75 puntos básicos respecto a lo que están ahora”.
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Aunque para Daniel Velandia, director de Estudios Económicos de Credicorp Capital, la tasa neutral debe estar entre 4% y 4,25%, ubicarla por debajo de ese rango iría en línea con una política más expansiva que permitiría apoyar a la economía en el panorama actual.
Sin embargo, Velandia considera que “en el muy corto plazo, el Banco va a intentar mantener la tasa quieta, mientras la inflación y la cuenta corriente siga en niveles incómodos. Pero si empezamos a ver un deterioro marcado en la actividad económica por lo que está sucediendo, el Emisor puede tener que bajarla, yo creo que en algún momento lo va a tener que hacer, la pregunta es cuándo, probablemente no sea en el corto plazo”.
Para Camilo Pérez, gerente de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá, la tasa de interés real neutral hasta antes del choque era de aproximadamente 1,0% a 1,5%, es decir, que la nominal debería ser 4,0% a 4,5%, justo donde está la tasa hoy (4,25%).
A lo anterior, Pérez explicó que “con el choque actual la tasa de interés neutral debería bajar, pero no de manera instantánea, porque si bien afuera han bajado las tasas de interés (la Fed), el riesgo de crédito para Colombia (spread frente a Tesoros por ejemplo) también ha aumentado”.
Además, dijo que dado lo incierto del impacto del coronavirus en la economía, “las consideraciones de tasa de interés neutral tal vez no sean tan relevantes en decisiones de corto plazo, sino más bien qué apoyo requiere la economía”.
Por su parte, Juan David Ballén, gerente de Investigaciones Económicas de Casa de Bolsa, considera que en la situación actual, “el Banco de la República optaría más por contribuir a la economía, manteniendo la tasa de interés completamente estable (4,25%) a diferencia de otras ocasiones en las que lo que hubiera hecho sería aumentarla dado que la coyuntura es un poco más compleja en esta oportunidad”.
Ballén también explicó que es posible que la inflación suba debido a la tasa de cambio. Sin embargo, dijo que se debe tener en cuenta que ese efecto no es inmediato, sino que puede demorarse entre tres y seis meses mientras los comerciantes rotan inventarios.
Según José Ignacio López, director de Investigaciones Económicas de Corficolombiana, “las discusiones de cuál es esa tasa natural de interés es compleja de definir para esta coyuntura (...) creería es que el Banco de la República debe empezar a pensar más allá de la caja y hacer compra masiva de títulos como ha ocurrido en otros países como EE. UU. para que haya mayor liquidez permanente en el sistema”.
PAQUETE DE ESTÍMULOS ECONÓMICOS
Para los analistas consultados, algunas de las medidas que debería contener un paquete de este tipo deben ir encaminadas al sector real (empresas) y a la población informal o que trabaja de manera independiente.
Para Jalil, “ayudarle un poco al Gobierno para que pueda endeudarse más barato podría ser útil y el programa de compras del Banrep, si va a comprar TES, ayudaría a bajar esas tasas un poco”. Con ello, el Ejecutivo podría realizar un plan “que debería ser asistencialista” porque en una coyuntura donde podría haber mucha gente de la economía informal parada toca darles un dinero para que puedan cubrir necesidades básicas.
En línea con lo anterior, el economista Martín Jaramillo, dijo que el paquete de estímulos podría incluir un aumento significativo en subsidio de Familias en Acción y Colombia Mayor para proteger a la población vulnerable e informal.
De otro lado, Jalil dijo que se pueden plantear ayudas de créditos flexibles a las empresas e incluso demorar el recaudo de impuestos.
Para Alejandro Reyes, economista de Bbva Research “una medida dirigida a créditos especiales para los sectores más afectados por el brote y el petróleo, le vendría bien a la economía”.
Valerie Cifuentes M.