Aunque el sector manufacturero, que responde por casi el 20 por ciento del empleo del país, ha sido activo en la creación de trabajos, la realidad es que ha sido mayor la destrucción de puestos en los últimos 15 años.
Así se desprende del estudio ‘Creación, destrucción y reasignación del empleo en el sector manufacturero colombiano’, realizado por investigadores del Banco de la República.
El documento, que toma como base los datos de la encuesta anual manufacturera (que incluye cerca de 10.000 empresas en las 13 principales ciudades del país), señala que en dicho lapso la tasa de destrucción de trabajos fue de 10,4 por ciento, mayor que la de creación, que llegó al 10 por ciento.
Según el informe, en los últimos años se ha reducido el empleo en el sector, lo cual se debe básicamente a que ha aumentado la participación de las actividades terciarias, es decir, de los servicios.
Además, señala que, más allá del comportamiento de la economía hay otros factores que han incidido en esta situación, como la creación de productos y tecnologías, las normas tributarias que aplican para las empresas, los costos de contratación y empleo, la competencia, y el acceso a financiamiento.
Sin embargo, hay otro tema que llama la atención.
En promedio, durante los últimos 15 años, del total de empleos nuevos, solo el 68 por ciento sobrevive en el año siguiente. La mayor tasa fue en 2006, cuando fue casi del 80 por ciento.
Y, visto desde la otra perspectiva, por cada 100 puestos de trabajo que se destruyen, en los meses siguientes solo se vuelven a crear 24. En 1999 eran sólo 12,8 y en 2009 fueron 18,4.
Al analizarse por subsectores, el comportamiento varía.
Por ejemplo, en la fabricación de productos de papel, caucho, plástico, alimentos y bebidas, se mantiene más del 67 por ciento de los empleos que se crea. La menor tasa la tiene el sector de cueros y calzado, con 58,5 por ciento.
Por otra parte, los sectores que menos reponen los puestos de trabajo que destruyen son el tabacalero, en donde 88,1 de cada 100 empleos eliminados no se vuelven a crear. Le siguen las confecciones, con 79,9 e imprentas editoriales, con 78,2 por ciento.
La industria es volátil en cuanto a los flujos de empleo, en la medida en que el desplazamiento supera el 20 por ciento, dato que resulta de la cantidad de empleos que se crean y se destruyen.
Solo el 7 por ciento de la creación y de la destrucción de empleos obedece a la entrada y salida de empresas del mercado.
El resto se atribuye a los movimientos que realizan las empresas que se han mantenido en operación durante el lapso analizado.
TRABAJOS TEMPORALES SON LOS MÁS VULNERABLES
Otra conclusión del estudio de los investigadores del Emisor señala que el tipo de contrato también incide en la permanencia de los trabajadores en una empresa. Así las cosas, los empleos permanentes, en su mayoría a término indefinido, suelen ser más estables, mientras que en el caso de los temporales hay una alta tasa de reasignación, tanto en áreas administrativas como en producción, pues más del 41 por ciento de estos puestos registra movimientos. “Estos resultados pueden explicarse por los mayores costos de despido asociados a los empleos permanentes, frente a los temporales”, dice el estudio.
De la misma manera, el informe señala que en los últimos 15 años, se mantiene el 65,8 por ciento de los empleos permanentes y el 66,3 por ciento de los temporales. Pero, solo se repone el 20,3 por ciento de los permanentes eliminados y el 22,6 por ciento de los temporales.