"No puedo pagar el diez por ciento de lo que me piden y no se conforman con el diez por ciento (...) Están desesperados por atrapar a alguien importante con dinero para justificar lo que cuestan al contribuyente", declaró Hogan durante una entrevista con el canal de televisión Channel Nine.
"Si yo fuese un evasor de impuestos, lo que no soy, debería ser el más tonto del mundo. No hago más que volver (a Australia) y, en vez de esconderme en un paraíso fiscal, me fui a vivir a Estados Unidos", apuntó el veterano actor de ojos azules.
Hogan regresó a Sídney este mes para asistir al funeral de su madre, quien murió a los 101 años, ocasión que aprovechó la Oficina Australiana de Impuestos para conseguir una orden que le impide abandonar el país mientras no pague los impuestos que presuntamente debe.
Ni el veterano actor ni la Oficina Australiana de Impuestos han revelado la cantidad que disputan desde hace siete años, pero los medios de comunicación calculan que podría ascender hasta los 150 millones de dólares australianos (133,1 millones de dólares estadounidenses).
"No soy tan rico como la gente piensa. Ellos creen que porque hice una película que recaudó trescientos millones de dólares australianos (266,2 millones de dólares estadounidenses), yo me los quedé todos".