Un nuevo suceso enluta esta semana a la industria manufacturera nacional.
Edmundo Esquenazi, cofundador del grupo empresarial Sanford, con empresas emblemáticas del sector manufacturero, como industrias Pavco, Mexichem Resinas de Colombia y Propilco, falleció ayer en horas de la mañana.
El destacado empresario venía sufriendo quebrantos de salud desde hace varios meses, que finalmente ocasionaron su deceso.
Esquenazi estudió Ingeniería Civil en el instituto de tecnología de Massachussets, MIT, en Estados Unidos.
Allí conoció a quien luego se convertiría en su socio, Jimmy Mayers, quien estudiaba Física en la misma institución.
Cuando regresó al país, Esquenazi trabajó en Barranquilla en la fábrica de su padre, pero un reencuentro con su compañero de estudios lo llevó a montarse en la carrera emprendedora.
Recordando los pisos de la habitación que compartían en MIT, Esquenazi y Mayers, junto con Víctor Shaio, fundaron Pisos de Asfalto y Vinilo de Colombia (Pavco).
Por esa época, de la década de los 60, también Shaio, Alberto Vargas y la estadounidense Diamond Shamrock instalaron una planta de PVC en Cartagena llamada Petroquímica Colombiana (Petco).
Sin embargo, fue Shaio quien le propuso a Ezquenazi y a Mayer fabricar tubería de PVC a través de Pavco y a partir de la materia prima de Petco.
Los buenos negocios en el sector petroquímico les permitieron comprar Carboquímica e Ico Pinturas, que pertenecía a la empresa Gulf Chemicals, y crear Filmtex, productora de telas sintéticas.
Este grupo de firmas conformó el grupo Sanford, al que también pertenecieron empresas como Propilco, Topluz, Biofilm y Centelsa.
Las compañías del grupo han logrado importantes hitos en la industria colombiana, en materia de innovación y apertura de mercados internacionales.
Según www.losdatos.com, en el 2012 el grupo reportó ventas por 884.092 millones de pesos.
En el ámbito nacional, Esquenazi fue clave para el desarrollo del sector petroquímico y de plásticos, al punto que buena parte de los productos de este material que utilizan los colombianos en su día a día, ha pasado por las industrias que él creó.
PIONERO EN LA INDUSTRIA
De acuerdo con Javier Díaz Molina, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior, Analdex, Edmundo Esquenazi era un industrial muy significativo para Colombia.
“Uno quisiera que existieran muchos empresarios en el país como él, con esa altura, con esa visión, con ese emprendimiento.
Deja un legado importante para la industria”, sostuvo el dirigente gremial.
El presidente de Acolplástico, Carlos Alberto Garay, coincide en el valor del legado de Esquenazi para la industria nacional.
“Su empeño por convertir todas sus iniciativas en experiencias ejemplares y exitosas le han permitido a Colombia ser líder en la producción de muchos insumos y artículos plásticos en toda América Latina.
Sus destacadas condiciones personales y su interés por colaborar con todos sus trabajadores, sus familias y con las necesidades de la sociedad, han dejado una profunda huella que de seguro seguirán muchos de los empresarios de las industrias de la cadena”, sostuvo el líder empresarial.
De acuerdo con Garay, Esquenazi también era un consejero para el gremio, siempre dispuesto a aportar ideas y críticas para el desarrollo del sector.
“En particular, para Acoplásticos la falta de don Edmundo Esquenazi solo se compensa por lo mucho que ya recibimos”, expresó Garay.
El empresario será despedido por sus familiares y amigos en una ceremonia que se realizará en la Sinagoga de la calle 79 con carrera novena, hoy en la mañana.
UN GRAN EMPRESARIO DE BAJO PERFIL
Discretamente, Esquenazi, en compañía de sus socios, logró construir un gran conglomerado de negocios.
Aunque era un empresario de bajo perfil, que poco le gustaba figurar en los medios, se conoce que en la dupla conformada con Jmmy Mayers, era Ezquenazi quien conocía más de diseños e innovaciones, y Mayer de cifras, estrategia y calidad.
Esquenazi también era una persona reconocida en la comunidad judía del país, e hizo importantes aportes a la creación de instituciones como la Fundación Neumológica Colombiana y a la Fundación Cardioinfantil.
Una de las experiencias amargas de este empresario colombiano fue el secuestro en 1983 de su amigo Jimmy, por 42 días.