El desempleo en el país volvió a caer a un dígito: 9,7 por ciento en agosto, y ahora el reto es lograr conservar niveles inferiores a 10 por ciento durante más tiempo.
Para que la desocupación de agosto fuera la más baja de ese mes en los últimos 11 años, según el Dane, ha sido clave el mercado laboral en el campo, en donde en el trimestre junio-agosto la tasa bajó 1,8 puntos, a 6,3 por ciento.
El desempleo de agosto en todo el país fue 0,4 puntos porcentuales inferior al del mismo mes del año pasado, no obstante haber recibido el mercado laboral cerca de 400.000 personas adicionales que se lanzaron a buscar un empleo.
El dinamismo que está presentando la economía, que llevó el número de ocupados a 20’842.000 en agosto, permitió un aumento anual de 913.000 empleados y, aun así, dio cabida a la reducción porcentual señalada, aunque en términos absolutos se registró un incremento de 17.000 desocupados hasta situarse en 2’251.000.
Esas cifras, dijo el director del Dane, Jorge Bustamante, son una excelente noticia.
El funcionario destacó la tendencia descendente que ha mostrado la tasa de desempleo.
En los últimos cuatro meses del año pasado, la desocupación estuvo por debajo de 10 por ciento y se esperaba que, por efectos estacionales, en enero volviera a subir, como efectivamente sucedió.
El agravamiento de la crisis europea y el aperezamiento de la economía de Estados Unidos y, algo menos, de la asiática llevaron a poner en duda que el desempleo colombiano se situara en un dígito a partir del segundo semestre, como estimaba el anterior ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry.
Sin embargo, la actividad económica local se ha comportado mejor de lo esperado y propició para agosto el descenso mencionado.
El Gobierno, por supuesto, está satisfecho con el desempeño económico y con el del mercado laboral, pues se siguen generando puestos de trabajo con el consiguiente descenso de la desocupación. Para el ministro del Trabajo, Rafael Pardo, “bajar a un dígito el desempleo es un logro del Gobierno de la prosperidad.
No es la meta final de la labor de lucha contra la desocupación, pero indica que las acciones encaminadas a que los colombianos tengan una forma digna de trabajar van por buen camino”, afirmó.
El aumento de 10,3 por ciento en el subempleo en agosto, hasta cubrir a 7’644.000 personas es, para Bustamante, una señal de que quienes ya tienen un trabajo –al igual que quienes no participan del mercado– están viendo oportunidades laborales o la posibilidad de un mejor empleo.
Además de lo logrado en el sector rural, también hay mayor alivio en los municipios diferentes a las 13 grandes capitales y áreas metropolitanas, en el trimestre junio-agosto.
En efecto, en las 13 áreas el desempleo tuvo un ligero declive de 0,1 puntos a 11,1 por ciento, mientras que en las cabeceras municipales, donde aquellas están incluidas, la reducción fue de 0,3 puntos hasta 11,3 por ciento.
Entre los jefes de hogar, la desocupación bajó de 5,5 a 5,4 por ciento en el periodo indicado.
Mantener el desempleo en un dígito será uno de los grandes retos del Gobierno, dada la incertidumbre reinante acerca del desenvolvimiento de la economía mundial a corto y mediano plazo.
SEIS CAPITALES CON MENOS DE 10 POR CIENTO
En seis capitales de departamento, incluida Bogotá, el desempleo fue menor a 10 por ciento en junio-agosto, un punto más que en igual periodo del año pasado y que en el trimestre inmediatamente anterior.
Sin embargo, además de las ciudades que entraron en ese selecto grupo, hubo otros cambios importantes que vale la pena reseñar.
Cuatro capitales de las del año pasado se mantuvieron en un dígito (incluso, Cartagena bajó de 9,7 a 9,4 por ciento), pero tres tuvieron un preocupante desempeño laboral, pues su desocupación aumentó: Bogotá y Bucaramanga subieron de 9,2 a 9,6 por ciento y Barranquilla, cuya pujanza y actividad económica la han destacado en los últimos meses, pegó un salto de 7 a 8,7 por ciento.
Valledupar salió del grupo: un incremento de 0,1 puntos en su desempleo lo elevó a 10 por ciento, mientras que entraron Sincelejo, con una caída de 2,6 puntos hasta 9,9 por ciento, y Santa Marta se metió con 9,8 por ciento.
De otro lado se mantuvo la participación histórica del comercio, restaurantes y hoteles como el sector con el mayor número de ocupados, que crecieron 7,7 por ciento en el trimestre.
También se mantuvo la participación histórica del comercio, restaurantes y hoteles como el sector con el mayor número de ocupados, que crecieron 7,7 por ciento en el trimestre.
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Calidad de este empleo es precaria
Los trabajadores sin remuneración (los que no reciben pago) fueron los que más crecieron en el trimestre, con un no despreciable 20,3 por ciento, a los cuales siguieron los del servicio doméstico, con 7,5 por ciento.
Estas dos posiciones ocupacionales son de baja calidad y su aporte a la economía, en términos de productividad, es precario, al igual que la mayoría de trabajadores por cuenta propia, cuyo incremento fue de 2,6 por ciento y su participación en el empleo total fue de 42,6 por ciento. A manera de contrapeso, el enganche de obreros y empleados particulares creció 6,6 por ciento y el de los del Gobierno, 4,2 por ciento.
Jorge Correa C.
Redacción de Economía y Negocios
¿Cómo bajar el desempleo?
Stefano Farné
Director Observatorio Laboral de la Universidad Externado
Las principales metas ocupacionales del plan de desarrollo Prosperidad para Todos involucran la reducción del desempleo de 12 por ciento a 8,9 por ciento y de la informalidad laboral de 61,1 por ciento a 54,4 por ciento.
Aunque la informalidad no muestra claros indicios de descender y los desempleados no bajan de dos millones de personas, en agosto el desempleo registró 9,7 por ciento, acercándose lenta pero insistentemente a la meta establecida.
Si bien algunos comentaristas sostendrán que este es el claro resultado de las exitosas políticas de empleo del Gobierno, la verdad es que el moderado crecimiento de la población en edad de trabajar y la rápida expansión de la actividad económica han sido los principales determinantes de este comportamiento.
En el contexto latinoamericano, Colombia presenta el poco envidiable registro de estar entre los países con los más altos niveles de desempleo e informalidad laboral.
Lo anterior sugiere que los dos fenómenos tienen determinantes comunes y que para bajar de forma permanente el desempleo sea necesario generar más empleos formales.
En el largo plazo esto se consigue aumentando la productividad laboral, es decir, la capacidad de generar mejores empleos, a través de políticas que promuevan la inversión en equipo, tecnología, infraestructura y capital humano.
En el corto plazo parte de la solución pasa por el hecho de reconocer
que la Ley de Formalización (conocida como ley del primer empleo), aunque bien intencionada, ha sido insuficiente.
Habría que pensar también en un rediseño de la financiación de salud, la introducción de un sistema simplificado de impuestos que consista en un monotributo para las pequeñas empresas, una reformulación de la financiación de los gravámenes a la nómina salarial, en particular de aquellos que trabajadores y empresarios perciben como un impuesto, por ejemplo.