Cuadrillas de trabajadores laboran intensamente para terminar las obras que permitan iniciar la llamada ‘operación temprana’ del puerto de Barrancabermeja, entre junio y julio de este año.
A partir de eso podrán llegar y salir cargas líquidas (hidrocarburos), mientras que la inauguración total del complejo está prevista para mediados del año entrante, con una inversión total de 300 millones de dólares, según Alejandro Costa, gerente de Impala, la firma concesionaria de las obras, cuya inversión total confirmada para aprovechar la navegabilidad del río Magdalena alcanza los 900 millones de dólares.
Sin embargo, podrían superar los 1.000 millones de dólares a partir de la revelación que le hizo Costa a Portafolio en el sentido de que, aun faltando buena parte de esta primera fase, ya tienen proyectada una ampliación cuyo propósito es el tránsito de megacargas necesarias para la infraestructura que se construirá en el país.
El equipo profesional de la compañía avanza en la formulación del preproyecto y la intención es iniciar el trámite de las licencias hacia diciembre.
Para esta segunda fase, que costaría entre 100 y 150 millones de dólares, hay destinadas 50 hectáreas.
A la par que Impala, subsidiaria de la multinacional suiza Trafigura, le echa cuentas a la idea, continúan los trabajos en las 120 hectáreas del proyecto original, el cual contempla la infraestructura para mover 1,5 millones de toneladas de carga seca y 3 millones de carga líquida. Contará con cinco terminales para carbón, carga líquida, granos, contenedores y carga en general.
Obreros y maquinaria se aplican en rellenar el terreno –que antes era un pantano donde se criaban búfalos– hasta alcanzar la cota de inundación del río Magdalena, y en la construcción de drenajes. Posteriormente vendrá la instalación de los tanques y el sistema de cargue y descargue para camiones y barcazas.
Y si bien el avance llega solo al 50 por ciento del montaje que deberá estar listo en cuatro meses, Costa asegura que “la cimentación del suelo es lo que más demora, y cuando lleguen los equipos que se deben montar, el ritmo aumentará”.
La apertura del terminal de líquidos estaba prevista para marzo o abril, pero hubo retrasos que Impala explica justamente en la necesidad de acometer otros trabajos que facilitaran el crecimiento, ante las nuevas oportunidades que vieron en las demandas del mercado.
640 Kilómetros De Vía
La construcción del puerto será un paso esencial no solo para la reactivación de la navegación por el río Magdalena, en los 640 kilómetros que lo permiten, sino para la puesta en marcha de un modelo de transporte multimodal que tendrá como eje el principal afluente de Colombia.
La carga saldrá en camiones desde los centros de producción y en Barrancabermeja continuará por agua hasta los puertos del Caribe.
El trayecto por tierra se reduciría a 420 kilómetros.
Este cambio en la operación busca mejorar la competitividad de la nación, que se ve disminuida ante la precariedad de la infraestructura vial, por donde se mueve cerca del 95 por ciento de la carga en la actualidad.
Las cuentas de Costa son claras: un camión transporta cerca de 35 toneladas y recorre en promedio 1.000 kilómetros desde el interior hasta el mar; y si la capacidad de un buque que lleva mercancía al exterior es de 25.000 toneladas, se requieren más de 700 viajes.
En cambio, un convoy de barcazas alcanza entre 8.000 y 9.000 toneladas, es decir que bastan tres envíos.
De paso, se mejora el rendimiento de los muelles y de los barcos, al disminuir su tiempo de espera.
“Como los convoyes no van compitiendo por la carretera, puedo llegar a puerto en 20 días con 30.000 toneladas, mientras que, si es en carros, tengo que empezar a pilar el carbón 45 días o 2 meses antes”, resalta Costa.
La inversión de Impala hasta ahora se acerca a 500 millones de dólares, poco más de la mitad del total, pues además de los adelantos en el puerto, ya cuenta con 13 remolcadores y 80 barcazas.
Luego deben llegar 10 remolcadores y 40 barcazas más.
El otro frente del plan de reactivación de la arteria acuática es la capacitación de las tripulaciones, en un centro de entrenamiento ubicado en Barranquilla, ya que cada embarcación precisará 9 personas. De hecho, Impala calcula que en esa función habrá 250 personas de las cerca de 800 que engancharía cuando la operación esté en un 100 por ciento.
Para ese punto máximo, confía en que se cumpla el cronograma del Gobierno en cuanto a las obras para la navegabilidad del Magdalena. aumentando el calado.
Además de Impala, en el plan para revivir económicamente el ‘río madre’ participan otras tres firmas: Naviera Fluvial, Naviera Central y Río Grande, que construirán 11 puertos y también aportarán vehículos.
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