La máquina tiene capacidad para procesar unas 23.000 toneladas anuales de aceite de soya, afirmó García.
La firma es una compañía de capitales argentinos, nacida hace sólo 5 años, que se especializó en la industria del biodiésel y aspira a colocar al país en el mercado mundial como proveedor de tecnología.
La empresa logró imponerse gracias al sistema para el tratamiento de efluentes en un mercado cada vez más exigente para adecuar su producción a las leyes de respeto al medioambiente. "Tuvimos que competir con empresas estadounidenses y alemanas, pero nos eligieron a nosotros", dijo la empresaria, respecto a la semillera estadounidense que compró la planta para incursionar en el negocio de los biocombustibles, uno de los emergentes del cambio en la matriz energética mundial.
García aseguró que lo que inclinó la balanza a favor de la empresa argentina fue que cuenta con "una tecnología de efluentes cero".
La planta, diseñada y construida en Buenos Aires, fue embarcada en unos 40 contenedores rumbo a Houston (Texas), en donde fue montada por operarios argentinos enviados especialmente.
Otra planta construida por Bionerg para extracción, refinación y conversión de aceite está a punto de ponerse en marcha en Laguna del Sauce (Uruguay) como parte de un complejo lechero que usará el biocombustible para su consumo.
Capacidad
Argentina tiene un enorme potencial para la producción de biodiesel, en particular a partir de la soya, del que es tercer exportador mundial del grano y primero en harina y aceite. El grano fue centro de la disputa que paralizó al agro por casi 100 días en el país y que aún está latente.
Se estima que la capacidad exportable de biodiesel de Argentina será de 1 millón de toneladas para fin de año.