La semana pasada, dos directivos de un banco con sede en Bogotá viajaron a Medellín a ofrecerle un cupo especial de crédito a una empresa exportadora. La respuesta que recibieron del presidente de esa compañía fue un rotundo 'no'.
La razón que dieron los empresarios paisas es que sus ventas nacionales e internacionales se cayeron, lo que obligaba a su compañía a reducir su producción y, por lo tanto, el uso de sus cupos de crédito con el sistema financiero se hace innecesario.
Este ejemplo es reflejo de que la desaceleración económica está afectando cada vez más con mayor dureza a las empresas colombianas.
No solo su producción y sus ventas están en descenso, sino que varias de ellas encuentran más dificultades para pagar sus obligaciones, en especial los créditos con el sector financiero.
Cifras de la Asobancaria revelan que mientras los desembolsos de crédito empresarial realizados en las primeras 16 semanas del 2007 (finales de abril) crecieron 50 por ciento anual, en el mismo periodo del 2008 bajaron a 31 por ciento y este año el aumento fue de 7,6 por ciento, lo que confirma la desaceleración.
El indicador de cartera vencida comercial -en el que se ubican las empresas- creció 35 por ciento entre febrero del 2008 y el mismo mes del 2009, al pasar del 2 al 2,7 por ciento.
Santiago Perdomo, presidente del banco Colpatria, dice que hay un freno evidente en las solicitudes de nuevos créditos corporativos, combinado con el hecho de que algunas empresas comenzaron a entrar en mora en sus pagos.
"El crédito corporativo es el que mejor está creciendo pero viene en franca desaceleración por la menor demanda que se siente en el mercado. Este año crecerá al 8 por ciento, cuando venía haciéndolo a un ritmo mucho más alto. Además, hay dificultades con algunas empresas en sectores como las materias primas, que tienen altos inventarios por la baja en sus ventas", dice Perdomo.
El consenso en el sistema financiero es que si bien es cierto la situación no es alarmante, todo indica que puede deteriorarse más en los próximos meses. "Las expectativa es que esto puede empeorar porque la demanda de bienes y servicios se ha resentido", dice el presidente de Colpatria.
Según los banqueros, no es que la oferta de crédito se esté restringiendo por falta de recursos, pues el mercado cuenta con liquidez, sino que los cuidados para otorgar nuevos préstanos a los clientes son mayores.
No en vano, el Banco de la República advirtió en días pasados que si bien es cierto la crisis financiera mundial no golpeó directamente al sistema financiero colombiano, sí lo hará de manera indirecta, es decir, a través de sus clientes, cuya morosidad crecerá.
Samir Hadad, gerente nacional de banca de empresas del banco Bbva, dice que las compañías colombianas están optando por no endeudarse más y prefieren prepagar obligaciones.
"La demanda de crédito corporativo ha bajado mucho con respecto a los años anteriores. Además, se han cancelado préstamos porque las compañías están tratando de bajar su endeudamiento. No han renovado y han prepagado préstamos", dice el directivo.
Señala que ese fenómeno se siente especialmente en sectores como hierro y acero, confecciones, automotor y construcción. En el caso particular del Bbva dice que la cartera corporativa es sana, "pero hay algunos casos en donde los clientes están pidiendo plazos adicionales de pago".
En su opinión, si bien la calidad de la cartera se ha deteriorado en alguna medida, el fenómeno no es preocupante. "Más que morosidad, algunas empresas están cambiando el corto por el mediano y largo plazo para atender su la deuda".
Bancolombia también reconoce que ha habido un menor ritmo de colocaciones de nuevos préstamos como reflejo de la situación general de la economía.
"Como fruto de la desaceleración económica, sí se ha dado un deterioro en la calidad de la cartera otorgada, de la mano con una desaceleración en la tasa de colocación de créditos, principalmente en los clientes exportadores de bienes de lujo y en los sectores productivos con restricciones de demanda u oferta, como por ejemplo camaroneras, transporte de carga, textil y floricultor, entre otros", dice un reporte de la entidad.
El Citibank sostiene que la mayor demanda de créditos proviene básicamente de las grandes empresas, para financiar capital de trabajo, así como del segmento de las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes).
El consenso entre los banqueros es que la menor dinámica del crédito se verá reflejada a futuro en un menor proceso de ensanche del sector productivo, porque las prioridades de las empresas cambiaron.