La propuesta acordada entre GM y Magna tras once horas de maratonianas discusiones estaba siendo estudiada en una crucial reunión en Berlín entre los responsables políticos alemanes y representantes del gobierno estadounidenses y de ambas compañías.
Durante la jornada, Magna y GM habían presentado previamente su acuerdo a expertos del gobierno de Berlín, que debían debían decidir si era lo suficientemente consecuente como para ser examinado a nivel político.
Fuentes gubernamentales declararon a la AFP que había habido algunos "progresos" en las negociaciones pero responsables políticos descartaron la posibilidad de que se logre rápidamente un acuerdo final.
Berlín juega un papel clave en las negociaciones sobre el futuro de Opel, que sólo en Alemania emplea a 25.000 personas.
A ello se unen las elecciones federales previstas en septiembre en la primera economía de Europa, que está sufriendo duramente las consecuencias de la actual crisis.
GM emplea a unas 55.000 personas en toda Europa, incluidas 7.000 en España, 4.700 en Gran Bretaña (Vauxhall), 4.000 en Suecia (Saab), 3.600 en Polonia, 2.600 en Bélgica y 1.800 en Italia.
"Hay nuevos planes de Magna que negocia con GM", declaró a la prensa el ministro alemán de Economía, Karl-Theodor zu Guttenberg, antes de entrar en la reunión.
Sin embargo, Zu Guttenberg descartó que se logre un acuerdo final el viernes.
"Aún no es seguro que lleguemos a una decisión hoy. Quienes piensan que lograremos una solución en una o dos horas, se equivocan", afirmó.
El ministro de Relaciones Exteriores, Franz-Walter Steinmeier, que también es el vicecanciller del país, recalcó que aún queda mucho camino que recorrer antes de un acuerdo final.
"La situación aún no fue resuelta. Todas las partes necesitan ser conscientes de sus responsabilidades y confío en que se encuentre una solución", afirmó Steinmeier al precisar que salvar Opel era "todo menos sencillo".
Por su parte, desde Londres, el ministro británico de Economía, Peter Mandelson -que no está involucrado en las negociaciones- declaró a la BBC que es "bastante probable" que Magna adquiera las operaciones europeas de GM, entre las que se incluye la marca automovilística británica Vauxhall.
En cuanto a las dificultades de los responsables alemanes respecto al futuro de Opel, Berlín reclama "una carta de intención" firmada por GM para elaborar una financiación de emergencia para su filial.
El objetivo es proteger el constructor alemán de una quiebra de General Motors que parece cada vez más inevitable.
Steg insistió en que Berlín no aportaría más de 1.500 millones de euros a través de préstamos de emergencia para Opel. La suma que anunció desde el principio. "Esto no es negociable", agregó el portavoz.
Una reunión en la cumbre organizada el miércoles en Berlín había fracasado tras el anuncio a última hora de GM que indicó una necesidad suplementaria de financiación por un valor de 300 millones de euros.
En cuanto al italiano Fiat, único candidato que se mantenía en la puja por Opel frente a Magna, dijo que no se presentaría en la reunión en Berlín porque no está dispuesto a aportar "más" y correr riesgos "inconsiderados".
Magna cuenta con el apoyo del principal banco estatal ruso, el Sberbank. Los expertos no descartan que el fabricante de camiones GAZ del multimillonario Oleg Deripaska, fabrique en un futuro vehículos Opel en Rusia.
La canciller alemana Angela Merkel, en plena campaña para conseguir un segundo mandato en las próximas elecciones, dio a entender por primera vez que no se podía descartar la posibilidad de una quiebra de Opel.
"Hacemos todo lo posible para encontrar otra solución", indicó, en una entrevista que será publicada por el semanal Spiegel el próximo lunes.