Si repite el Polo Democrático -en alguien que estuvo muy cercano al partido- Gustavo Petro, estaremos en lo mismo de hoy. Lo que está demostrado es que una ciudad como Bogotá no se puede manejar con ideología y, mucho menos, con improvisación, que representan el sello que dejó la alcaldía de Samuel Moreno y este partido. Petro nació y creció, políticamente hablando, dentro de esta agrupación de izquierda. Está peleado con los Moreno y sus aliados, cierto, pero sigue defendiendo los mismos postulados ideológicos y el mismo programa. Él representa la continuidad del Polo Democrático en la conducción de la ciudad, así no forme parte oficialmente de esta agrupación. Lo que necesitamos hoy en Bogotá es un timonazo, un cambio de rumbo. Necesitamos un alcalde y un equipo de gobierno maduro y con experiencia, para retomar el camino perdido: el mejoramiento de la calidad de vida y los servicios públicos; la ampliación de las obras de infraestructura; la defensa del espacio público y las ciclovías; la conducción efectiva de la seguridad ciudadana, y el impulso a la competitividad de la ciudad que perdió terreno. Los tres candidatos jóvenes -Gina Parodi, Carlos Fernando Galán y David Luna- son la necesaria generación de relevo. Pero hoy más que nada necesitamos experiencia, conocimiento de la ciudad, compromiso con Bogotá. Es lo que representa, cabalmente, Enrique Peñalosa. Con una ventaja adicional: no está en campaña presidencial, lo que quiere decir que la ciudad no significa para él una meta volante en su aspiración a la presidencia, sino el fin mismo de su vocación política, de su carrera pública. Otra ventaja de Peñalosa: honestidad y lucha contra la corrupción. Ya tuvimos suficientes escándalos en esta administración. Antanas Mockus es capítulo aparte. Lo que dejó ver con su lanzamiento como candidato a la Alcaldía de Bogotá es que no estaba interesado en el Partido Verde ni lo que un trabajo en equipo significa. Quería ser candidato a cualquier costo. Sus números en las encuestas son modestos y más que elegirse como alcalde, lo que parece querer es abrirle paso a Gustavo Petro, y cerrar la posibilidad de triunfo de Peñalosa. Difícil de creer, pero ese es el mensaje que está dejando. Su carisma y liderazgo dentro de los sectores jóvenes sigue siendo importante. Pero volviendo al comienzo, lo esencial en este momento es: ¿qué necesita Bogotá? Y la respuesta no es otra que recuperar su senda de crecimiento, desarrollo y progreso que se frenó en los últimos años. Necesitamos un alcalde que no llegue a aprender, sino a trabajar desde el comienzo con proyectos ya definidos. El voto es a conciencia. Ricardo.Santamaria@fd.comHELGON
Finanzas
09 sept 2011 - 5:00 a. m.
Bogotá despierta
Las próximas elecciones del mes de octubre marcarán un hito histórico en la vida de la capital de la República. Los bogotanos no sólo elegiremos a nuestro alcalde mayor, sino que mostraremos el grado de conciencia y madurez política que tenemos.
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