La gran industria brasileña procesadora de soya le dio ayer al mundo una buena noticia en materia de defensa del medio ambiente.
Los industriales renovaron por tercer año consecutivo, hasta julio de 2010, el compromiso que les impide adquirir el grano cultivado en áreas deforestadas de la Amazonia. Se trata de un bloqueo a los agricultores que talan árboles para establecer cultivos de soya.
El compromiso, denominado 'moratoria de la soya', que rige desde el 2006, es un acuerdo entre la industria y organizaciones ambientalistas que compromete a las gigantescas empresas de las asociaciones de Óleos Vegetales (Abiove) y de Exportadores de Cereales (Anec) a no comprar la oleaginosa de áreas recientemente deforestadas en la Amazonia.
Esas dos asociaciones realizan el 90 por ciento de las compras de soya en el país vecino, segundo productor mundial de la oleaginosa.
La decisión, tomada hace tres años, fue adoptada tras detectar el enorme daño que este cultivo le estaba generando a la Amazonia, considerada 'pulmón ambiental de la humanidad'.
"El compromiso se ha cumplido en un 97 por ciento y la soya dejó de ser un factor relevante para deforestar la Amazonía", dijo el ministro brasileño de Medio Ambiente, Carlos Minc.
La moratoria significó desactivar una bomba de deforestación, ya que desincentivó a los productores que no tenían dónde vender la cosecha de la oleaginosa.
Los medioambientalistas recordaron que los deforestadores siguen acosando la selva sacando madera, ganando espacio para pastoreo y otros cultivos, ocupando áreas cada vez menores y difíciles de fiscalizar.
La industria de la soya propuso controlar la propiedad rural.
Mensajes al Director:
ricavi@portafolio.com.co