El nuevo aumento en el precio del barril de petróleo, por encima de los 83 dólares, ha convencido a los observadores de que la tendencia en los mercados de materias primas es alcista.
Y es que en los últimos 30 días, el crudo ha subido 5,3 por ciento, el gas natural 31,9 por ciento, el maíz 12,9 por ciento y el trigo 5,5 por ciento.
En todos los casos hay explicaciones generales y particulares. Así, la creencia de los analistas es que el regreso de la economía mundial a un crecimiento positivo se debería traducir en una mayor demanda de productos básicos, ya sea que tengan que ver con la generación de energía, la construcción de obras o la alimentación.
Además, eventos particulares como la fuerte ola invernal que ha azotado a Estados Unidos y Europa explican saltos puntuales, en los que no faltan algunos elementos especulativos.
Hecha esa aclaración, no hay duda de que el panorama actual es muy diferente al de hace un año, cuando más de uno consideraba que el planeta se encontraba al borde de una gran depresión.
El convencimiento de que eso no será así se ha sentido con fortaleza en las cotizaciones de la mayoría de bienes primarios.
Y es que en comparación con los precios de hace 12 meses, el incremento del petróleo ha sido de 72,3 por ciento, el del cobre de 141,6 por ciento, el de la soya de 6,9 por ciento, el del cacao de 26,1 por ciento, el del café de 29,6 por ciento, el del algodón de 51,7 por ciento y del azúcar de 123,1 por ciento. Aunque hay excepciones, como la de la carne, estas son pocas.
Esa es una buena nueva para países productores como Colombia, que seguramente verán reflejada la nueva realidad en el comportamiento de sus exportaciones. Sin embargo, la única preocupación es que alzas demasiado fuertes golpeen a los consumidores y den al traste con la recuperación que ya se insinúa.
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