El consuelo es que habría podido ser peor. De esa manera se puede describir lo sucedido con el talante de los consumidores colombianos en abril, de acuerdo con la encuesta mensual que elabora Fedesarrollo.
Según la entidad, en el periodo mencionado tuvo lugar cierto repunte con respecto a la medición de marzo. En tal sentido, se evidenció un cambio en la tendencia que es importante, pero no suficiente para que se apague la alerta amarilla que se encendió después de que la confianza bajó al comenzar el 2015. La razón es que todavía estamos a una importante distancia de los registros de años anteriores.
El tema fundamental es el de las expectativas. Una proporción mayoritaria de los interrogados ve más difíciles los tiempos que vienen en los próximos 12 meses, al igual que un empeoramiento de las condiciones de la economía.
La explicación del pesimismo no es otra que la caída abrupta en los precios internacionales del petróleo y su efecto sobre el crecimiento. Los titulares de diarios y noticieros han abundado en predicciones, unas más apocalípticas que otras, que influyen sobre el ánimo de la opinión.
Con el paso de los meses esa visión dejaría de ser tan mala, sobre todo si los peores pronósticos no se cumplen. Aun así, todavía se nota una gran incertidumbre sobre lo que viene y sus posibles efectos en el ámbito personal o familiar.
Una de las expresiones lógicas de esa situación es que la disposición a comprar electrodomésticos y otro tipo de bienes se ve disminuida notoriamente. Los anuncios sobre la crisis son, de alguna manera, un llamado a la prudencia, que no es otra cosa que evitar los riesgos y guardar algo por si vuelven las ‘vacas flacas’.
En medio de tan complejas circunstancias, hay una opinión que se salva. Esta es la respuesta a la pregunta sobre la situación económica del hogar del encuestado dentro de un año. Tras el tropiezo de marzo, tuvo lugar una importante reacción, con lo cual el guarismo de abril no se puede calificar de malo y está entre los parámetros usuales.
Tal vez la causa es que la situación del empleo se mantiene saludable. Y mientras haya trabajo e ingresos, la percepción es que, a pesar del deterioro del entorno nacional, o del fin de la bonanza de precios de los bienes primarios, cada ciudadano será capaz de sortear los obstáculos que lleguen.
ricavi@portafolio.co
@ravilapinto