La semana pasada fue una de relativo descanso para los encargados de la tesorería en las entidades del sector financiero colombiano. El motivo no fue otro que el cambio de tendencia en el comportamiento de los mercados de renta fija y variable que viene afectando negativamente la valoración de las inversiones realizadas.
Como se recordará, desde mediados de abril empezó a cambiar de dirección el viento en distintas plazas, influyendo sobre las tasas de interés de los bonos de deuda de múltiples emisores. Ese primer deterioro se aceleró cuando el presidente del Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos sostuvo en junio que la política de estímulo monetario que se puso en marcha hace cinco años podría estar llegando a su fin.
A nivel local el impacto fue aún más notorio. El plan del Ministerio de Hacienda de intervenir en la composición de los activos que administran los fondos de pensiones, con el fin de inducirlos a colocar una porción mayor de sus recursos en el exterior, se sumó a la incertidumbre. La percepción de que el segmento que más invierte en títulos TES podría moderar su demanda, influyó también sobre la situación.
Como consecuencia, los intereses de dichos papeles llegaron a subir en cerca de dos puntos porcentuales, golpeando la valoración de los mismos. Tal circunstancia debería notarse en los balances con cierre a junio pasado, en los cuales se cree que las pérdidas por este concepto podrían llegar a 11 billones de pesos.
De la mano de esa situación, la bolsa colombiana –que ya se encontraba en terreno negativo– sufrió un nuevo bajón, motivado por el ánimo de más de un inversionista de salirse de las acciones poseídas en compañías financieras.
No obstante, así como no hay mal que dure cien años, el pesimismo también tiene un límite. En Colombia existe la impresión de que la economía ha entrado en una etapa de recuperación, mientras que el Gobierno puso en el congelador el decreto de los fondos de pensiones. Y en el plano internacional, la Reserva Federal dejó entrever que la política que ha ensayado no va a cambiar pronto, lo cual asegura que la abundante liquidez global seguirá otro rato.
Todo ello sirvió para que las tasas de los TES cayeran en cerca de medio punto porcentual y la bolsa colombiana empezara a subir. Es claro que no se ha recuperado el camino retrocedido, pero el escenario más inquietante ha comenzado a quedar atrás.
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