Por lo general, esta acción incluye el movimiento de capitales de países considerados riesgosos a otros que no lo son. Sin embargo, también se podría considerar un flight to quality al paso de activos volátiles a inversiones con retornos históricos relativamente estables o a un incremento en la diversificación del portafolio sin tener en cuenta movidas internacionales de capitales. Este comportamiento generalmente se produce cuando se presenta un incremento de la aversión al riesgo de los inversionistas como consecuencia de una mayor incertidumbre ante hechos como la política monetaria de un país o factores coyunturales que puedan afectar la percepción de riesgo. Otra causa común para este comportamiento por parte de los inversionistas es una desvalorización generalizada de un tipo determinado de activos. La principal consecuencia de un flight to quality es una disminución considerable en las tasas de negociación de los títulos de gobiernos considerados poco riesgosos, especialmente los Tesoros estadounidenses, debido a que a nivel internacional estos activos son considerados libres de riesgo, y ante un incremento en la aversión al riesgo la demanda por estos títulos incrementa considerablemente. Como consecuencia de esto, los activos que se ven más afectados son las acciones de países emergentes, como Colombia, y los títulos de deuda de emisores que no tienen grado de inversión. El ejemplo más reciente de un flight to quality fue la crisis presentada por los mercados financieros a mediados del año pasado. Ante la incertidumbre acerca del futuro de la política monetaria en Estados Unidos, los inversionistas decidieron liquidar sus posiciones en activos de países emergentes, razón por la cual las tasas de negociación de los TES con vencimiento en el 2020 alcanzaron su nivel máximo de 12 por ciento y la Bolsa de Valores de Colombia tuvo que suspender sus operaciones el día en el que el Igbc cayó más de 10 por ciento.
