Los acuerdos en textos tendrán que recorrer todavía un largo camino para que se conviertan en una realidad y los empresarios colombianos comiencen a gozar de los beneficios y obligaciones adoptados en el tratado. Para esta misma semana, el Gobierno ha previsto que se publicarán los resúmenes del tratado, capítulo por capítulo, con el fin de dar a conocer la información más relevante. Está previsto que a más tardar en dos semanas se coloquen en Internet los textos que fueron cerrados en la negociación. El Gobierno espera para esta misma fecha poner en circulación una cartilla didáctica sobre el impacto general del tratado. Paralelo a la estrategia que se tiene previsto desarrollar en materia de divulgación en el país, se surtirá el proceso legal que implica cualquier tratado comercial. A partir de hoy el texto del acuerdo iniciará un período de revisión por parte de los abogados de cada uno de los países, en los dos idiomas. Esta revisión tomará aproximadamente 90 días, e incluirá la participación de los equipos legales para examinar 'con lupa' los respectivos textos y verificar que el lenguaje en que están redactados -tanto la versión en inglés como la de español- corresponda realmente a los compromisos adquiridos en la negociación. Según algunos de los funcionarios del gobierno colombiano este será un proceso que requerirá dedicación exclusiva por parte de los encargados del manejo legal de la negociación, puesto que existe la experiencia de que en otros procesos una mala redacción o el uso inadecuado de una palabra en un texto ha llevado a perder beneficios o adquirir compromisos más allá de las posibilidades, generando dolores de cabeza. Al mismo tiempo que se realiza la revisión legal, el Gobierno de Estados Unidos decide cuál es la fecha apropiada para hacer la notificación al Congreso de su intención de firmar el Tratado de Libre Comercio. Esta facultad la tiene el presidente George W. Bush. Una vez termine el proceso de revisión, el texto estará listo para la firma, un paso que contará con la participación de los presidentes de los países (la famosa pose para la foto) que hayan llegado al acuerdo y que podría registrarse antes de mediados de este año. Apenas los presidentes hayan estampado su firma en un acto protocolario, que según se ha anticipado tendrá lugar en Washington, el acuerdo estará listo para entrar a los congresos de cada país con el fin de recibir el visto bueno del legislativo para su entrada en vigencia. En Colombia, aparte de la aprobación por parte del Congreso, tendrá un requisito adicional: el estudio de constitucionalidad por parte de la Corte Constitucional. El ingreso del acuerdo al Congreso colombiano se dará a partir del 20 de julio, cuando se posesionan los nuevos legisladores elegidos el 12 de marzo.La fecha, sin embargo, no está definida pues el Gobierno tendrá que verificar primero si tiene suficientes votos para lograr la aprobación del acuerdo y en qué momento las mayorías le son favorables. Hay quienes aseguran que sólo después del 7 de agosto, fecha en la que se posesiona el nuevo presidente, se definirá la fecha exacta para presentar la iniciativa en el Congreso, que tendrá carácter de urgencia para lograr un trámite rápido. El texto del tratado, en forma de proyecto de ley, tendrá que surtir los debates reglamentarios: comisiones de Cámara y Senado y plenarias de las dos corporaciones. Al igual que otros tratados comerciales internacionales que ha suscrito el Gobierno colombiano, este podrá ser aprobado o rechazado en la totalidad de su contenido pero no habrá posibilidad de cambiar alguno de los temas que hayan sido acordados, tal como está contemplado en las normas legales y constitucionales. Una vez aprobado, quedará convertido en ley, pero tendrá que iniciar su paso por la Corte Constitucional con el fin de recibir el visto bueno. Cuando se haya surtido este trámite, sobre el cual no existe tiempo límite (puede durar entre 3 y 8 meses), el Gobierno podrá poner en vigencia el acuerdo, que previamente deberá ser consignado ante la Organización de Estados Americanos, OEA. Los empresarios -especialmente los de flores y confecciones- esperaban que a partir del primero de enero del 2007 entrara en vigencia el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, Usatpa, como quedó bautizado, pues las preferencias arancelarias con este país vencen el 31 de enero de este año. Sin embargo, como existe un alto riesgo de que en enero del año entrante no entre en vigencia el tratado, los negociadores hicieron las provisiones para mantener las preferencias arancelarias durante el tiempo que se demoren los trámites. Un mecanismo similar se contempló en la negociación del tratado comercial con Centroamérica, Cafta, que se cerró en diciembre de 2003 con la mayoría de países pero sólo entrará en vigencia en marzo de este año pues se presentaron demoras en la aprobación por parte del Congreso de E.U. y posteriormente en la adopción de leyes internas en los países Centroamericanos para garantizar lo que habían acordado en el tratado.
Finanzas
27 feb 2006 - 5:00 a. m.
El largo camino que aún falta por recorrer
Si bien el cierre de los textos de la negociación del Tratado de Libre Comercio entre los países andinos y Estados Unidos es un paso importante en la búsqueda de nuevas oportunidades comerciales y de inversión en doble vía, no es el único que se requiere para poner en vigencia el nuevo escenario de apertura comercial.
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