La propuesta trasciende un TLC al considerar elementos de cooperación y diálogo político, la defensa de los derechos humanos, la lucha contra la corrupción y la garantía de la participación de la sociedad civil. Paradójicamente, no han sido estos últimos elementos los que han desencadenado la crisis. En la agenda de negociación económica han salido a flote controversias de vieja data como las restricciones europeas al ingreso del banano, pues los países de América Latina pagan un arancel de 178 euros por tonelada, que no se cobra a los exportadores del Asia, el Caribe y el Pacífico. Las demandas de varios países latinoamericanos ante la OMC, por dicha situación, han sido falladas en contra de Europa, pero las restricciones aún persisten. Bolivia se negó a avanzar en la negociación al no aceptar las exigencias europeas de garantizar la propiedad intelectual; Ecuador es particularmente sensible al tema del banano en su condición de primer exportador mundial y Chile, que es miembro asociado de la CAN, no hace parte de estas negociaciones, pues ya dispone de un acuerdo bilateral con la UE. A los anteriores motivos de divergencia se ha agregado la aprobación de la directiva europea contra los inmigrantes indocumentados, a los cuales ordena repatriar y que ha causado un gran rechazo en países como Ecuador y Bolivia, que tienen una gran presencia de sus ciudadanos en Europa. La UE dispone de instituciones legislativas y de una Comisión que funge como ejecutivo comunitario, al mismo tiempo que mantiene políticas de convergencia macroeconómica respecto del déficit fiscal, deuda pública, inflación y tasas de interés. Entre tanto, la CAN se encuentra prácticamente desvertebrada tras el retiro de Venezuela, y los conflictos que se han presentado entre Perú y Bolivia por la acusación del presidente Evo Morales de que se pretende establecer una base estadounidense en el Perú; y más grave aún, por la ruptura de las relaciones diplomáticas entre Colombia y Ecuador. La CAN surgió como un reflejo del proceso europeo y, en cierto modo, copió sus instituciones sin que el proceso económico que las sustentara estuviera consolidado. Por ello, hoy la CAN se encuentra en un estado de fragilidad y, en diversos aspectos, prácticamente paralizada. Aunque se ha declarado un compás de espera para retomar las negociaciones, es poco probable que la situación de la CAN mejore sustancialmente. Parece más factible que cada país andino termine negociando con Europa su propia agenda, a su propio ritmo. '' Hoy la CAN se encuentra en un estado de fragilidad y, en diversos aspectos, prácticamente paralizada.WILABR
Finanzas
22 jul 2008 - 5:00 a. m.
CAN-UE: el tren se detiene...
La decisión de suspender las negociaciones del Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea (UE) y la Comunidad Andina de Naciones (CAN) era fácil de preveer. Así, dado el grado de desvertebramiento en el que se encuentra la CAN, una negociación bloque a bloque era prácticamente inviable.
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