"Es un deterioro a pasos agigantados, con el beneplácito, la complacencia y la complicidad del Gobierno", dijo Bomsfield, quien también es secretaria general de la Alianza Pro Ciudad, organizaciones no gubernamentales panameñas.
Añade que hay un "grave peligro medioambiental", al constituirse una ley recientemente aprobada en el Parlamento que permite construir edificios en las llamadas zonas revertidas, en pleno entorno natural que rodea al canal de Panamá a su paso por la capital del país.
"Esto amenaza con una extensión del desorden urbanístico que sufre la ciudad y con un atentado contra el medio ambiente", opinó.
Las áreas revertidas son las que permanecieron bajo soberanía de Estados Unidos mientras ese país administró el Canal hasta el 2000, cuando se lo entregó a Panamá.
En esas áreas existen algunas de las concentraciones más ricas del continente americano de fauna y flora y hasta ahora solo se podía construir en ese entorno edificaciones residenciales de dos niveles.
Se engaña a compradores de edificios
La capital panameña se presenta a sus visitantes como un abigarrado paisaje de rascacielos, la mayoría a medio construir, donde la opulencia y la pobreza comparten estrechamente basura en las calles, ruidos de obras día y noche, un tráfico colapsado constantemente y una bahía contaminada y hedionda por las aguas servidas de la mayoría del alrededor de un millón de habitantes de esta ciudad.
"La publicidad internacional que hacen los promotores inmobiliarios de esa ciudad es una gran estafa que ya ha sido objeto de varias demandas judiciales sin que de nada haya servido", explicó, por su parte, la prestigiosa arquitecta panameña Laura Candanedo.
Ella se refiere a las presentaciones que la mayoría de empresas inmobiliarias hacen para atraer inversionistas en las que se muestran modernos edificios, muy bien alineados, rodeados de zonas verdes y recreativas a orillas de un mar cristalino.
"Otro problema es, además, que muchos de esos edificios, supuestamente de lujo, nunca se empiezan o terminan de construir después de haber sido vendidos, sin que se les devuelva a sus compradores, con la complicidad de la Justicia de este país", agregó.
Entre una multitud de inversores a título individual, todas las grandes empresas constructoras presentes en el país y consultadas por Efe se limitaron a señalar que se ajustan a la legalidad vigente en materia urbanística.
Tanto Bansfield como Candanedo recordaron que Panamá se gastó 9 millones de dólares, que aún le está pagando al Banco Intermericano de Desarrollo (BID), para realizar un "Plan de Uso de Suelo de las Áreas Revertidas", que no se ha respetado.
Así mismo señalaron que en 1997 el Gobierno contrató a la empresa estadounidense Dames and Moore, especialista en ingeniería ambientalista urbana, para que hiciera un Plan Metropolitano de Desarrollo de la capital panameña que costó unos cuatro millones de dólares y que la actual administración del país ha archivado.
¿Existe una 'burbuja económica'?
Miguel Antonio Bernal, catedrático de derecho internacional y candidato independiente a la alcaldía de Ciudad de Panamá, consideró que, en contra de la imagen internacional que impera, "el llamado boom de Panamá no es más que un burbuja, alimentada en gran parte por la práctica del lavado de dinero" y que el país "se encamina a un estallido social".
Lo altos índices de crecimiento económico que ha experimentado Panamá en los últimos años, los más altos de Latinoamérica, no se han traducido en una disminución significativa de la pobreza.
Así lo indican los datos del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud) y de la Comisión Económica para Latinoamérica (Cepal), que aún sitúan en condiciones de pobreza en torno al 30 por ciento de la población, en un país de poco más de tres millones de habitantes y con un presupuesto del Estado que este año ha llegado a 8.000 millones de dólares.
En los sectores más básicos de servicios, una empleada o empleado doméstico, chófer, dependiente comercial, camarero o taxista, los salarios no llegan a los 250 dólares mensuales. Con esos sueldos, los empresarios habitualmente creen cubrir con la contratación de un gran número de trabajadores las deficiencias de su preparación o especialización profesional.
El contraste social que se observa en la capital es parecido a la diferencia que existe entre esta ciudad y la segunda urbe del país, Colón, cuya situación y paisaje es comparable con Haití, el país más pobre de Latinoamérica.
Voces
La ministra de Vivienda hasta hace dos meses, Balbina Herrera, también fue crítica con el desarrollo urbanístico de la capital panameña y dijo, en una entrevista con 'Efe', que por eso ella promovió y consiguió la aprobación de la primera Ley de Urbanismo que ha tenido el país.
Esta mujer aspira a ser candidata a la presidencia y este tema será uno de sus puntos prioritarios, aunque milita en el partido actual.