Con el único ánimo de contribuir a la discusión, de la manera más respetuosa me permito formularle las siguientes preguntas, que a mi juicio pueden ayudar a clarificar este tema ante la opinión pública: 1. Los requerimientos calóricos utilizados para determinar el mínimo necesario que debe consumir una persona para dejar de estar en la categoría de indigencia. Como usted bien sabe ellos dependen, no sólo del estándar normativo sugerido por la FAO, sino también de la edad mediana de la población. En esencia, si la población es más madura, y se mantiene el mismo estándar nutricional, el número de calorías debería aumentar. En 1984 nuestra edad mediana era de 20.1 años, para 1994 ascendió a 22.8 años (lo cual explica un aumento en 86 requerimientos calóricos) y la proyección oficial del 2005 ubicaba nuestra edad mediana en 25.3 años. Pregunto, ¿se tuvo en consideración esta variación, en la edad mediana, al hacer el cálculo de la línea normativa de indigencia? 2. Al realizarse la actualización de los precios de la canasta normativa de alimentos, se pueden utilizar varias alternativas, la primera es el IPC de ingresos bajos para el rubro de alimentos, (al parecer la usada en el documento) pero sería más exacto hacer la actualización, producto por producto, utilizando la canasta definida en 1994. Recuerde que uno de los objetivos del Nuevo IPC, era permitir este tipo de seguimiento. Hace un par de años pude observar que esta segunda alternativa, técnicamente más rigurosa, en mi criterio, generaba un incremento superior en la canasta de indigencia que sí utilizaba el IPC de ingresos bajos para alimentos. Pregunto, ¿por qué no calcular el valor de indigencia utilizando el seguimiento producto por producto de la canasta? 3. La población de referencia, si es el 25 por ciento más pobre de la población o el 90 por ciento de la misma, genera un espacio amplio para el debate. Porque igualmente se puede tomar el 50, o el 20 o el 10 por ciento. Pareciera que el argumento para descartar el uso del 90 por ciento es el aumento considerable en el coeficiente de Engel presentado entre las mediciones de 1984 y las de 1994. Acepto la validez de algunos argumentos presentados en el documento para desechar el uso del 90 por ciento de la población de referencia, pero lo invito a mirar el comportamiento de esta variación, no para el promedio del país, sino por ciudades. Allí encontrará que el aumento más considerable se presenta particularmente en las ciudades del eje cafetero, lo cual podría ser explicado porque entre 1988 y 1994 esa región vivió una de sus mejores épocas económicas y por ello sería razonable presumir que los alimentos pesaran mucho menos, en ese momento, en la canasta total de los pobres. Usted recordará que el uso del 25 por ciento de la población más pobre como referencia, produjo una gran cantidad de críticas entre 1988 y 1994. Ellas apuntaban a que ese nivel no respetaba la soberanía del consumidor y obligaba a construir una canasta de alimentos muy restrictiva, en la cual, por ejemplo, cada persona consumía 2 libras de café por mes, en un hogar de 4 personas, ¡ello sería 8 libras de café! Pregunto, ¿no considera apropiado discutir y documentar un poco más las implicaciones de esta decisión? 4. La imputación de ingresos, que como usted bien sabe implica reconocer un sub registro del ingreso de los hogares y por lo tanto debe ser aumentado para hacerlo consistente con las cuentas nacionales. El documento no explica si se hizo alguna variación en la metodología para realizar esta imputación. Pregunto, ¿se ajustó o modificó algún elemento de esa metodología? ¿se utilizó el mismo nivel de imputación para todos los años o se varió su nivel para algunos? 5. El documento señala que se utilizaron 5 criterios de inclusión de los alimentos para conformar la canasta de indigencia y no 6 como se realizó en 1998. ¿Cuál es la razón técnica que los llevó a tomar esta determinación? Como puede ver, estos temas pueden ayudar a avanzar en una discusión, apenas abierta. Las definiciones metodológicas aquí discutidas, tienen implicaciones profundas sobre la forma en que entendemos la pobreza y nos proponemos erradicarla. Tal vez por ello, los autores del documento, acertadamente, subtitularon: texto preliminar, sometido a ajustes eventuales.
Finanzas
27 feb 2006 - 5:00 a. m.
Carta abierta al Director del DNP
Apreciado Doctor Montenegro.Leí su columna de hace unos días, publicada en El Tiempo, en la que aborda el tema de la medición de la pobreza por ingresos. Como a usted bien le consta, desde hace varios años he mantenido una preocupación permanente por este tema. Por ello, he leído con detenimiento el documento Metodología de Medición y Magnitud de la Pobreza en Colombia, que se encuentra en la página Web del DNP.
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