Guiado por ese imperativo social, de la variada oferta que trae cada día la cartelera, escogí La Pola para darle salida honorable al dilema de no estar en la onda. Por tratarse de un pasaje relacionado con la historia de la Patria, sin pretensiones, eso sí, de aparecer como una versión oficial y auténtica de la realidad de los acontecimientos ocurridos en la época en que vivió la heroína, tomé la decisión de verla todas las noches de lunes a viernes conforme lo manda la propaganda. Entre la ficción y la realidad histórica se me pasa el tiempo de los capítulos que muestran el sufrimiento y las frustraciones de una joven mestiza que no atina a entender las razones sociales y políticas que se interponen en el camino de su felicidad; que tampoco conoce los motivos por los cuales unos seres humanos, iguales a ella, son tratados como animales, sólo por el gravísimo defecto de ser de raza negra; y, en fin, los avatares que hubo de enfrentar don Antonio Nariño en su triste recorrido por la vida y las manifestaciones de injusticia de los dueños del poder, por la gracia de un rey residente a miles de kilómetros de las tierras que no le representaban nada distinto a ser las abastecedoras de riquezas en oro y materias primas. Pues bien; tratando de sacarle algún provecho a la trama, llegué a la conclusión de que en buena parte los episodios revelan con acierto los motivos o las razones por las que no hemos sido capaces de salir del atraso y la pobreza, a pesar de los esfuerzos realizados a lo largo de nuestra historia. Sin lugar dudas, por ejemplo, se puede comprobar que algunas de las equivocaciones más graves cometidas por los colonizadores españoles fueron: las estrictas restricciones comerciales -a las colonias se les prohibió comerciar con las demás potencias europeas-, la confianza en una burocracia ineficiente, un sistema político centralizado y una suficiencia sin paralelo. Lamentablemente para nosotros, la iglesia tuvo sus acciones y colaboró -y de qué manera- en crear una cultura de la centralización, el autoritarismo y el dirigismo. Para no ir muy lejos, basta recordar que los no creyentes fueron obligados a convertirse y a los aborígenes conversos no se les permitió acceder al sacerdocio. Como lo anotan Syme y Lang: mientras España era un" imperio de conquista", Inglaterra era un imperio de "comercio". De esta manera, las colonias evolucionaron para satisfacer distintas metas: centralismo, proteccionismo y burocracia sirvieron bien a España, mientras que la austeridad, la descentralización y la tolerancia fueron el distintivo inglés. Por supuesto, en el análisis no se pueden descartar los factores geográficos y culturales, porque tuvieron también gran influencia. "Guiado por ese imperativo social, de la variada oferta que trae cada día la cartelera del país, escogí La Pola para darle salida honorable al dilema de no estar en la onda. rosgo12@hotmail.com *Ex ministro de Agricultura ADRVEG
Finanzas
02 dic 2010 - 5:00 a. m.
Causas de nuestro atraso
En estos tiempos que corren, no estar al tanto de la cultura de la telenovela es una falla imperdonable. La influencia que ha ganado esta manifestación del quehacer cotidiano es tal que para estar a tono con los interlocutores en cualquier reunión, debe comentar con propiedad los incidentes de los capítulos de las distintas novelas que se transmiten. Así las cosas, no hay más remedio que seguirle la corriente a la moda, parqueándose siquiera media hora frente al mágico aparato para desentrañar la trama de una historieta armada por un acucioso libretista dueño de una imaginación del otro mundo, en realidad, no me he podido explicar jamás cómo hacen para inventar tantos enredos.
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