Se pueden ver desde carros ingleses que participaron en carreras deportivas, hasta los auténticos Jeep militares de 1930, algunos de los cuales aún tienen muestras de barro de la época.
El Club Ford, por ejemplo, exhibe cinco modelos de 1928. El más llamativo de esta gama es el Ford Presidencial verde oscuro que fue utilizado por el presidente Olaya Herrera, y que tiene entre muchas otras curiosidades, como un vidrio doble de seguridad y cortinas negras.
También están exhibidos modelos Ford de 1930, como el coupé café con naranja, y un par de Ford convertibles de 1955. De este mismo año, data uno de los modelos más llamativos dentro del pabellón.
El Ford Popular 1955 es de procedencia inglesa y es el único carro expuesto sin restaurar, por lo que el búmper se ve torcido y gastado, así como la tapicería original un poco avejentada, algo que en lugar de quitarle le agrega, pues los coleccionistas de pura sangre muchas veces prefieren un carro que no haya sido 'tocado por la mano del hombre', es decir, por un latonero, un pintor o un tapicero.
Robert Moore, representante del CLAC, el Club Colombiano de Automóviles Antiguos y Clásicos, afirma que "el modelo más lindo que tenemos esta vez es el Cadillac Dorado, el modelo más lujoso y costoso que puedan ver".
Entre otros de los atractivos que están presentes en el pabellón de Antiguos y Clásicos, se encuentra el Citroen 2CV modelo 1961, con el que se filmaban las carreras de caballos en Francia, ya que la suspensión del carro era tan perfecta que la cámara no vibraba.
Entre los autos clásicos de carrera que se exhiben en esta versión del Salón del Automóvil están un Alfa Romeo rojo de 1968, y que hasta hace 2 años competía en el California Mille, una carrera de autos importante que se corre en Estados Unidos; un Mercury de 1954 y un Corvette convertible modelo 1961.
En el pabellón 17 de Corferias se exponen en total 65 automóviles clásicos y antiguos. El más reciente de todos es de 1973, y es un Jaguar rojo, que recién cumplió los 35 años de edad, tiempo perfecto para que un carro deje de ser comercial y se convierta en clásico. El más antiguo de todos es un Chevrolet color crema de 1927.
Si visita ese pabellón, ni pregunte cuánto cuesta un carro de estos, pues algunos modelos, dependiendo de sus características únicas, pueden costar por encima de 100.000 dólares, y sus dueños son un poco celosos en cuanto a suministrar demasiada información.
Eso sí, conténtese con 'darle gusto al ojo' y trate de contener las lágrimas si la nostalgia se impone.