En los dos últimos informes del Doing Bussines del Banco Mundial -que evalúa el impacto de las regulaciones gubernamentales en el entorno de los negocios-, los resultados de Colombia han sido satisfactorios. Por segundo año consecutivo, el país se ubicó entre las 10 naciones del mundo que más reformas hicieron para mejorar el ambiente empresarial, y avanzó 30 puestos entre 2006 y 2008, para ubicarse en el puesto 53 entre 181 economías evaluadas.
En general, las evaluaciones de competitividad que realizan las diferentes instituciones son puntos de referencia y aportan señales o pautas útiles para corregir el funcionamiento de determinados indicadores. Pero la política de competitividad de Colombia va más allá de estas publicaciones; tiene un horizonte más amplio, y se basa en una sólida alianza entre el Gobierno, el sector privado y la academia.
El objetivo de la política de competitividad es lograr la transformación productiva del país, trabajando en cinco pilares fundamentales: desarrollo de sectores de clase mundial; promoción de productividad y empleo; formalización laboral y empresarial; ciencia, tecnología y la innovación; y estrategias transversales.
Los resultados que se logren, deben generar una mayor productividad de la economía y traducirse en crecimiento, desarrollo y bienestar social. Muchos estudios internacionales han demostrado que la diferencia en el crecimiento de los países se debe precisamente a los aumentos en la productividad.
La meta de largo plazo es lograr que Colombia sea uno de los tres países más competitivos de América Latina en el año 2032 y alcanzar un PIB per cápita que nos clasifique entre las naciones de ingreso medio alto; para ello, es necesario que el PIB per cápita crezca a una tasa cercana al 7% anual.
También se prevén acciones concretas en el corto y mediano plazo (Conpes 3257 'Política Nacional de Competitividad y Productividad' de 2008) con 15 planes de acción específicos: sectores de clase mundial, salto en la productividad y empleo, agropecuario, formalización empresarial, formalización laboral, ciencia, tecnología e innovación, educación y competencias laborales, infraestructura de minas y energía, infraestructura de logística y transporte, profundización financiera, simplificación tributaria, tecnologías de la información, cumplimiento de contratos, sostenibilidad ambiental y fortalecimiento institucional.
La búsqueda de la mayor competitividad de la economía no depende de una sola entidad o variable, sino que responde a un trabajo armónico institucional, público-privado con metas claras y tiempos determinados.
La política de competitividad debe tener un seguimiento permanente para evaluar sus avances. De ahí la importancia que para el país tiene la realización de la versión XI de Colombia Compite. Es un espacio donde los sectores productivos, el Gobierno -tanto nacional como departamental y municipal-, la academia y los especialistas internacionales, discuten criterios e ideas sobre el funcionamiento del sistema de competitividad actual; es un escenario para detectar las posibles fallas y generar las soluciones alternativas, sin perder el horizonte y crear un entorno económico positivo para que el accionar de las empresas sea competitivo.
Aumentar la competitividad de la economía colombiana no es una política más. Es un imperativo para lograr el desarrollo y generar mayor bienestar social; no hay otra vía.
Finanzas
04 nov 2008 - 5:00 a. m.
Colombia Compite XI
La política al respecto se basa en una sólida alianza entre el Gobierno, el sector privado y la academia.
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