Cada vez que se tramita una reforma tributaria en el país se da una característica histórica: llegan peticiones de todo el mundo al Congreso solicitando que incluyan uno que otro beneficio para 'aligerarle' la carga a más de uno, con el argumento de que en el país la tributación es muy alta.
Y en los últimos años ha sido el propio Gobierno el que ha llegado con ese tipo de propuestas, con el pretexto de que se debe incentivar la inversión.
Tal vez por eso, y por las diferentes estructuras tributarias en los países, hoy Colombia está entre las naciones de América Latina con una carga tributaria por debajo del promedio de la región, lo cual, a decir de expertos, le resta no solo margen de maniobra ante las crisis económicas, sino que además le quita posibilidades al Estado de realizar más y mejores programas para la gente.
Un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) señala que entre 20 países Colombia clasificó en el 2008 como el octavo con menor carga tributaria.
Mientras el promedio de América Latina se ubica en el 18,2 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB), Colombia tiene una carga tributaria del 15,5 por ciento de su PIB, para una ligera reducción frente al 2007, cuando la carga era del 15,6 por ciento.
La Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif) dice que en el 2008 el promedio en América Latina era del 17 por ciento, mientras en Colombia llegó al 14,1 por ciento del PIB.
Pero para los directamente implicados y quienes responden por cerca del 90 por ciento de todo el recaudo en el impuesto de renta -los empresarios- lo de menos son estos porcentajes y estos números. El verdadero problema para ellos radica en la falta de progresividad, de equidad, de eficiencia y efectividad en el gasto.
Y los analistas agregan la evasión, la elusión, además de las exenciones y las deducciones, que son las que hacen la inequidad.
"El tema no es que esté por encima o por debajo, uno puede pagar muchísimo, como en Suecia, pero todo el país es perfecto y la gente está contenta. El tema aquí no es de recursos, sino más bien de eficiencia y efectividad del gasto. Hay entidades públicas que malgastan el dinero. Producir dinero es muy difícil y gastárselo es fácil", dice el presidente de Alquería, Carlos Cavelier.
Para otros, las comparaciones entre los países no son pertinentes porque la situación en cada uno es muy diferente.
El presidente encargado de la Asociación Colombiana de Pequeñas y Medianas Industrias (Acopi), Félix Antonio Niño, señala que lo interesante sería establecer qué tanta equidad y progresividad pueden tener los impuestos con relación a quien los paga.
"Nosotros defendemos los intereses de las micro, pequeñas y medianas empresas, y desde Acopi es obvio que consideramos que no hay la suficiente progresividad, es decir, si alguien tiene más podría contribuir más para el ejercicio estatal; si alguien tiene menos, pues podría tener la consideración de pagar menos. Y eso no se ve. La sensación es que se aplican con un mismo rasero los mismos esquemas para pequeños, medianos y grandes", explica.
Pero para Carlos Escobar, gerente General de Locatel, la tributación en Colombia sí es alta, y toma como referencia la tarifa en el impuesto de renta, que hoy está en 33 por ciento, pero para él la economía tiene asimilado ese nivel.
"No veo aquí a nadie dejando de hacer proyectos por el hecho de que la tributación sea del nivel que es. No siento que el país se sienta incómodo con el nivel de tributación, siempre y cuando el país mantenga la tónica de estos años: que la plata que se le da al Gobierno se ve en servicios públicos, en infraestructura. Las carreteras, indiscutiblemente, han mejorado; el país va siendo muchos más competitivo", dice.
Lo cierto es que analistas como Mauricio Reina, investigador de Fedesarrollo, ven en las exenciones el gran 'talón de Aquiles', tanto que si éstas se llegaran a eliminar, de inmediato ingresarían al fisco algo más de 7 billones de pesos, que se traducen en algo así como 1,5 puntos del PIB.
"Hay que introducir correcciones muy serias al Estatuto Tributario para minimizar la evasión, la elusión y las gabelas que tienen una cantidad de sectores a la hora de aplicar las tarifas, y que hacen del sistema tributario colombiano un colador", señala Reina.
No hay que olvidar que sólo en IVA la evasión cuesta 8 billones de pesos, otros 1,6 puntos porcentuales del PIB.
Renta e IVA, lo básico
Pero, ¿por qué preocupa que un país tenga baja carga tributaria?
Para Juan Pablo Jiménez es muy sencillo: los ingresos fiscales le permiten a un país la provisión de bienes públicos y la prestación de mejores servicios.
"Tener más ingresos fiscales permite tener mayores gastos en el sector público, un mayor gasto en lo social y un margen para actuar frente a la crisis. Permite que haya una mejor respuesta a la crisis", dijo.
Para él, la estructura tributaria ideal es la que grave las rentas, y, por supuesto, el IVA, que para la Cepal en la región funciona y no se debe pensar en debilitarlo.
Eso coincide con el pensamiento de analistas locales como Sergio Clavijo, de Anif, y el ex ministro Guillermo Perry, quienes señalan que se hace necesario revisar todas las exenciones y deducciones e ir marchitando muchas de ellas. Anif habla de aumentar la tarifa en renta en un punto y fortalecer el IVA y también aumentar la tarifa.
¿Cómo está América Latina?
De los 20 países que tuvo en cuenta la Cepal para su análisis, 13 están por debajo de la media de América Latina, ubicándose en el de más baja carga tributaria México, con un 9,4 por ciento del PIB.
"La diferencia entre los países obedece a varias cosas a la vez: a que tienen estructuras tributarias diferentes, en algunos casos como México, en donde tienen ingresos por otra vía; a las diferencias en los gastos tributarios (exenciones y demás, sobre lo que hay que decir que se miden bajo diferentes metodologías), y a las tarifas", explica Juan Pablo Jiménez, oficial de Asuntos Económicos de la División de Desarrollo Económico de la Cepal.
Con una carga similar a México está Haití, cuya presión tributaria es del 9,5 por ciento del PIB, y le sigue Guatemala, cuya carga tributaria es del 11,6 por ciento del PIB.
En el cuarto lugar se ubica Paraguay, con una presión tributaria del 13,7 por ciento, y en el quinto está Venezuela, con 14,2 por ciento.
Los países cuyos ingresos tributarios tienen más peso con relación al PIB, son: Brasil, con un 35,5 por ciento; Argentina, con el 30,6 por ciento, y Cuba, con el 25,2 por ciento.
IVONNE VENEGAS MOLANO
REDACCIÓN ECONOMÍA Y NEGOCIOS