Los elevados precios globales de combustibles y alimentos llevaron la inflación en la zona de euro a niveles récord esta primavera.
Al mismo tiempo, la economía del euro está bajando este año, lastrada por una crisis crediticia y una baja económica estadounidense que afecta las exportaciones e inversiones.
El BCE ha mantenido su principal tasa de interés en 4 por ciento desde junio pasado, contrario a la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco de Inglaterra, que han reducido los costos de préstamos para aliviar las condiciones para los bancos en medio de la crisis de los mercados financieros.
El banco europeo, en lugar de ello, se ha apoyado en cuantiosas inyecciones de capital a los mercados crediticios para ayudar a las instituciones financieras.
Trichet dijo además que los esfuerzos del banco central por limitar la volatilidad de precios ya han conseguido éxito.