Entre enero y abril, las exportaciones colombianas a Venezuela ascendieron a 1.786 millones de dólares, 55,8 por ciento más que en igual periodo del año pasado. Las importaciones, por su parte, se redujeron a 351,3 millones de dólares, lo que arrojó una balanza comercial positiva de 1.434,6 millones de dólares, el doble del mismo lapso del 2007.
Así que la importancia de ese mercado para el empresariado colombiano es evidente, lo que, paradójicamente, genera inquietudes y temores en el gremio exportador.
Javier Díaz, presidente de Analdex, considera que existen motivos para preocuparse, pues algunas exportaciones están concentradas en Venezuela, mientras que este país ha ido diversificando sus fuentes externas de aprovisionamiento al punto que Brasil, el vecino común, desplazó a Colombia del segundo al tercer puesto como proveedor.
Si a lo anterior se le suma la no muy clara situación futura de la economía venezolana, que por ahora mantiene una demanda muy dinámica, las restricciones para determinadas importaciones, las demoras para asignar divisas y proceder al pago es fácil coincidir con Díaz en que el riesgo como proveedores es alto.
En consecuencia, dice el dirigente gremial, es imperativo diversificar los mercados, apreciación que, por motivos diferentes al caso de Venezuela, extiende a Estados Unidos, el principal destino de los productos colombianos.
En el 2007, al mercado venezolano llegó el 17 por ciento de todas las ventas externas colombianas; a Estados Unidos se despachó el 35 por ciento, principalmente petróleo y derivados. Sin embargo, los vecinos compraron una tercera parte de las exportaciones no tradicionales, que desplazaron del primer lugar a los estadounidenses, cuya participación fue de una quinta parte, con la particularidad de que en los primeros aumentaron 93,1 por ciento, mientras que en los segundos se registró una reducción de 4,7 por ciento.
El presidente de Analdex precisa que el año pasado el empresariado colombiano vendió a Venezuela el 58 por ciento de sus exportaciones de confecciones, el 83 por ciento de las de vehículos, el 21 por ciento de las de alimentos, bebidas y tabaco, y el 20 por ciento de las de materias plásticas, concentraciones que, al parecer, son indeseables por la dependencia de los proveedores de dicho mercado.
Los análisis del gremio exportador indican que, ante una 'destorcida' de la economía venezolana o la acentuación de las dificultades administrativas para exportar al vecino país, esos mismos productos pueden encontrar compradores sustitutos en algunos mercados cercanos.
Así, por ejemplo, las confecciones tienen la posibilidad de llegar a manos de los consumidores costarricenses, guatemaltecos y mexicanos; los productos del sector automotor a Chile, Guatemala y Perú, y las materias plásticas a Argentina, Chile y México.
El punto es que los exportadores deben animarse a ir más allá de Venezuela e ir creando relaciones estables con empresarios de otros países, pues el negocio debe pensarse en términos de largo plazo, pero actuando desde ya.
Por ello, dijo Díaz, con Proexport y la Cámara de Comercio de Bogotá están examinando la posibilidad de estructurar misiones comerciales de exploración a esos países, porque la verdad, reconoció, es que, en general, esos mercados son desconocidos para los colombianos.
Ojo con los análisis
El jefe de Estudios Económicos del Ministerio de Comercio, Hernán Avendaño, señala que es evidente que las exportaciones colombianas están concentradas por mercados y productos, pero que el diagnóstico no puede ser estático.En los análisis recientes, dice, la evaluación se ha enfocado en Venezuela durante el 2007 y se destaca que varios productos concentran un alto porcentaje de sus exportaciones en ese país. De ahí se deduce que el riesgo para Colombia es grande.
Sin embargo, agrega, cuando se examina la evolución de 17 productos que representaron el 93 por ciento del valor exportado en el rango de dependencia más alto (entre 90 y 100 por ciento) se observa que no hay estabilidad en todos los casos.
Así, por ejemplo, las exportaciones de carne de bovino dependían en 16 por ciento del mercado venezolano en el 2000 y solo a partir del 2004 pasaron al rango alto. Y productos como las cebollas y la margarina que en 2000 dependían cerca del 100 por ciento, salieron del mercado en los años siguientes.
La dependencia no es muy alta: Banrepública
Una reciente investigación del Banco de la República señala que entre 1996 y el 2006, excepto el periodo 2001-2003, el promedio de firmas exportadoras colombianas a Venezuela fue de 2.440. De 2.555 exportadores, 72 de estos facturaron el 60 por ciento.De 1.447 firmas analizadas, las exportaciones de 1.304 al mercado venezolano no fueron su principal fuente de ingresos operacionales, lo que tampoco se cumple para aquellas empresas que concentraron en el vecino país el 40 por ciento de sus ventas externas.
La investigación precisa que solo para 86 empresas las exportaciones al mercado vecino representaron entre el 20 y el 40 por ciento de sus ingresos operacionales, y que menos de 50 firmas tienen alta dependencia en exportaciones e ingresos operacionales.
El trabajo concluye que para el 90 por ciento de las 1.447 firmas analizadas no existió en el 2006 una dependencia alta del mercado venezolano, lo que sugiere que ellas tendrían un buen margen de maniobra para ajustarse a nuevas condiciones.
Para 145 empresas, la investigación sí observó una alta dependencia de sus ingresos de las ventas a Venezuela, lo que implica que un deterioro comercial en este país podría afectarlas en mayor medida.