El dicho popular que indica que “no hay mal que dice 10 años ni cuerpo que lo resista” no aplica en Colombia.
La historia así lo corrobora. Es más, a cambio de disminuir, este flagelo es cada vez más común en el país.
De nada ha valido la creación de instituciones como contralorías, procuradurías, fiscalías, altos tribunales y superintendencias, en el último medio siglo, pues la corrupción sigue campante y creciente.
El nuevo milenio ha sido testigo de estos lamentables hechos: desfalco de instituciones, asignación ilegal de pensiones, carruseles de la contratación, robo a la salud, politización de las instituciones, tráfico de influencias y hasta carrusel de tutelas para ordenar el pago de indemnizaciones a particulares otros otras modalidades de asalto a los dineros públicos.
Por ejemplo, el caso de Foncolpuertos, que fue considerado en su momento la vena rota más grande que ha tenido el Estado colombiano, fue superado de lejos, unos años más adelante por el carrusel de la contratación de Bogotá, que comprometió recursos por alrededor de dos billones de pesos, cifra superior al presupuesto del Ministerio de Agricultura para el próximo año.
Más de una decena de exfuncionarios de la Administración Distrital se encuentran en la cárcel, entre ellos los hermanos Samuel e Iván Moreno Rojas, y un buen número de contratistas.
Y es que las obras públicas fueron el foco de la corrupción en la primera década del nuevo siglo. El denominado Plan Vial 2.500 también fue objetivo de denuncias e investigaciones por obras sin terminar o con materiales de mala calidad. A ello se suman los constantes escándalos por mal uso de los recursos de la regalías en las regiones, destinadas especialmente a construir carreteras, colegios y centros de salud.
De la misma manera, los grupos paramilitares se convirtieron en los principales saqueadores de los recursos de la salud, pues no solamente traficaban con medicamentos y pagos por servicios no prestados, sino que cobraban sobornos a quienes participaban en las licitaciones para prestar servicios en sus zonas de influencia.
Otro de los casos más sonados en el sector de la salud del país, fue el de la EPS Saludcoop, que comprometió recursos por más de un billón de pesos y que obligó al Estado a la intervención de esa cooperativa. La decisión definitiva sobre la suerte de la EPS y sus afiliados se conocerá antes de finalizar el presente año.
PARAPOLÍTICA, EL MAL DEL SIGLO
El siglo XXI inició con el destape de la parapolítica. El país ya hablaba del tema, pero una declaración del líder paramilitar Salvatore Mancuso, disparó las alarmas en el 2005. Dijo que ellos tenían de su lado al 30% de los miembros del Congreso. Luego de varios años, al menos un centenar de dirigentes políticos han sido investigados y más de la mitad está en la cárcel.