Se trata de una actividad que crece cada año en torno al catorce por ciento y que supera los 220.000 millones de euros en todo el mundo.
Del total, hay 4,5 millones en España, donde representan ya el diez por ciento de la población y envían cada año a sus países unos 8.100 millones de euros.
Los inmigrantes que escojan ese canal para enviar dinero a su familia tendrán la seguridad de que las comisiones que pagarán estarán "entre las más competitivas del mercado" y no se verán perjudicados por las diferencias de cambio, ya que se les aplicarán los tipos de cambio oficiales publicados por los bancos centrales.