El Gobierno del presidente George W. Bush propuso ayer la mayor reforma al sistema de regulación financiera desde el desplome del mercado bursátil en 1929.
El plan cambiaría la forma en que el Gobierno regula desde los miles de negocios de los principales bancos y casas de inversión del país, hasta los agentes de seguros locales y corredores de hipotecas.
La reforma, que requerirá la aprobación del Congreso para sus cambios más importantes, busca recortar una mezcolanza de jurisdicciones superpuestas que datan de la Guerra Civil.
El proyecto daría a la Reserva Federal más poder para proteger la estabilidad de todo el sistema financiero, mientras que la supervisión bancaria diaria estaría a cargo de una agencia, y no de cinco, como ocurre actualmente.
El plan contempla la creación de una agencia encargada de la conducta empresarial y la protección de los consumidores, que realizaría muchas de las funciones de la actual Comisión de Valores y Cambio.
Este propone eliminar la Oficina de Supervisión de Ahorros y la Comisión de Comercio de Mercancía de Entrega a Futuro, fusionando sus funciones en otras agencias.
El proyecto busca crear una Comisión federal de Desarrollo Hipotecario que establezca estándares mínimos para corredores, y también daría los primeros pasos hacia una regulación federal de la industria de seguros, pidiendo al Congreso diseñar una Oficina de Supervisión de Seguros dentro del Departamento del Tesoro.