El PIB de la construcción disminuyó 0,9 por ciento en el segundo trimestre del 2011 respecto al mismo periodo del año pasado; sin embargo, al desagregar el resultado, el subsector de edificaciones registró un crecimiento de 8,8 por ciento, mientras que obras civiles cayó 7,6.
“Estos datos del Dane reflejan la buena situación económica del país y para el caso concreto de la vivienda y otros usos, confirman la dinámica en todos los índices, que están en alza desde hace un año y medio”, dice el constructor Camilo Congote.
A pesar de los problemas en gestión de suelo, el empresario considera que las cifras confirman el acierto, por ejemplo, de haber revivido los macroproyectos de vivienda social para obras a gran escala.
“A esto debemos sumarle el incentivo a través del subsidio a la tasa de interés que, de hecho, se ve en las ventas”.
Coordenada Urbana, sistema de información de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) lo confirma, pues las ventas en el país, a agosto, aumentaron 19 por ciento.
Para Clemencia Parra, presidenta de la compañía Unifianza, este desempeño se presenta tanto en Vivienda de Interés Social (VIS) como en los estratos medio y alto, que –advierte– va en línea con el incremento de las licencias de construcción y los créditos aprobados.
El presidente del Grupo Oikos, Gabriel Díaz, asegura que los resultados confirman que la finca raíz y sus diferentes usos (vivienda, comercio, industria...) se consolidan como un buen negocio.
“Las tasas de interés están bajas, lo que motiva a la gente a comprar bienes inmuebles. A esto sumémosle que inversiones en la bolsa o en las fiducias, entre otras, son inciertas”.
La presidenta de Camacol, Sandra Forero, coincide con los analistas y asegura que “la vivienda está cumpliendo con los propósitos del Gobierno: acelerar el crecimiento del PIB e impulsar el empleo.
“Así lo demuestra el aporte de 10 por ciento de las nuevas plazas generadas en el país el último año”.
Si los municipios y departamentos hacen aportes en especie a los proyectos de vivienda con lotes, urbanismo e infraestructura, seguramente se reducirían los costos de construcción y las cifras mejorarían más.
GABRIEL E. FLÓREZ G.
COORDINADOR EDITORIAL VIVIENDA