Coberturas a la medida de cada persona y empresa, primas que cambian su valor por el comportamiento del cliente frente al riesgo, pólizas que protegen más allá de las fronteras nacionales, soluciones flexibles y variables en sus vigencias, una menor fragmentación de los seguros, aplicaciones que permiten en tiempo real ‘encender’ o ‘apagar’ la protección desde el celular, canales digitales que en segundos facilitan suscribir una póliza temporal, mayor personalización en los servicios asociados a los seguros y un menor foco en la indemnización.
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Estos son algunos ejemplos puntuales de lo mínimo que requiere incorporar la industria aseguradora, más temprano que tarde, a sus portafolios de soluciones y canales, si quiere mantenerse vigente y relevante.
Tradicionalmente, las aseguradoras han tenido una respuesta más reactiva frente a los distintos tipos de riesgo. Sus soluciones surgen tiempo después de que se desarrollan las actividades económicas, se evidencian cambios en hábitos de las personas y los riesgos tocan a la puerta de familias y empresas, las cuales urgen de herramientas para gestionar sus incertidumbres particulares.
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Existe la tentación latente de pensar que el devenir de los mercados de seguros depende solo del uso de la tecnología y la consecuente digitalización de accesos, canales, suscripciones y asistencias. Sin embargo, primero hay que comprender que el camino comienza por centrarse en identificar claramente lo que quiere, siente y necesitan las personas, más allá de ser consumidores, en el presente y futuro.
En la medida que esta industria acompañe y potencie las transformaciones de las sociedades, la ciencia y tecnología, y medio ambiente, facilite su adaptación e incorpore capacidades, frente un entorno en constante cambio, es que realmente continuará teniendo valor como actor del desarrollo.
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SER RELEVANTES
Así que el futuro para la industria está en la comprensión de las megatendencias y tendencias que transforman a las personas y las empresas, más allá de cómo hemos concebido hasta ahora los tipos de seguros que soportan el negocio. Para ser competitivos y sostenibles, ya no resulta suficiente caracterizar al consumidor; se hace necesario, cada vez más, entender quién es la persona, cómo funciona la empresa, qué razones hay detrás de la adquisición de un producto o servicio y cuáles son las motivaciones que determinan sus necesidades y sus preferencias.
Ya no se trata del qué, sino el para qué. Para no llegar a ser una industria de commodities, hay que estar donde, cuando y como quieran las personas y las empresas. No basta suscribir una póliza, hay que ofrecer soluciones. Vender un seguro para vehículos es lo mínimo, hay que asegurar y potenciar la movilidad en todos sus medios. Ya lo mínimo es proteger los activos de la empresa, hay que responder a las tendencias y los riesgos que inciden en su competitividad. En ese entendido, el norte de nuestra industria está en entregar capacidades reales, es decir, que personas y empresas tengan la posibilidad de optimizar sus oportunidades y recuperarse integralmente frente a los eventos adversos.
Por eso desde Sura desarrollamos en los últimos tres años la Gestión de Tendencias y Riesgos (GTR), un modo de administrar que procura ser una respuesta proactiva para identificar oportunidades y riesgos, a partir de una visión estructurada del entorno. Con la experiencia acumulada, es claro que deben expandirse las fronteras del rol futuro de la industria aseguradora, para entregar bienestar y competitividad a las personas y las empresas.
HORIZONTE DE SOLUCIONES Y CANALES
En consecuencia, el norte del sector está en ganar velocidad de respuesta ante los riesgos emergentes y cambiar paradigmas: no se trata de desarrollar soluciones sobre lo se identificó que ya pasó, sino lo que pasa y pasará. Se trata de hacer un tránsito del pasado al futuro.
La lectura de tendencias nos prepara para entregar soluciones y capacidades al mercado que se irán afinando, en la medida que respondan a lo que las personas requieran. Por ejemplo, el entorno actual nos demuestra que debemos estar preparando mejores soluciones en campos determinantes en la vida de personas y empresas como son movilidad, conectividad, vida saludable y competitividad.
El futuro de la industria está en el desarrollo de accesos que tengan en su ADN la afinidad y la pertinencia. Por eso, entender los cambios demográficos actuales y por venir, desarrollar lo que hemos llamado una “multisegmentación multidimensional”, son aspectos esenciales de la hoja de ruta para ser más relevantes y salir de la adaptación tradicional de los seguros y su distribución por estratos socioeconómicos: no se trata ya de ‘vestir’ a todos los clientes con el mismo seguro, sino que esté acorde con la realidad particular de cada uno.
Esta certeza permitirá aumentar la baja penetración del mercado de seguros. Medido en valor de primas, a 2017 fue de 2,85% del PIB de Colombia, lejos del promedio latinoamericano (3,2%) y, todavía más, del 9% de los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
Pero estos indicadores son más bajos, cuando solo se contabiliza la penetración de seguros voluntarios. Particularmente, el mayor desafío es entregar seguros inclusivos que generen valor y sean una protección real para las personas, familias y empresas. El objetivo es ser relevantes.
Por tal razón, el desarrollo de canales para los diferentes segmentos es definitivo para que la industria se expanda con mayor sentido de inclusión, y claro, aprovechando la transformación digital y la tecnología como habilitadoras para sumar nuevos y mejores canales de acceso a más personas y empresas.
Finalmente, el desarrollo actual y en próximos años de la industria aseguradora dependerá de la capacidad de la industria de ser relevantes, de entregar soluciones y potenciar capacidades, más allá del entorno regulatorio, particularmente en Colombia y América Latina.
Por tanto, debemos comprender y responden oportunamente a la evolución de los riesgos, las tendencias, los nuevos jugadores del sector, el surgimiento de nuevos canales y aquellas señales determinantes para la adecuada financiación de la incertidumbre en un mundo de cambios vertiginosos. Por todo lo anterior, sin duda, el futuro es hoy para la industria aseguradora.
Juana Francisca Llano
Vicepresidenta de Seguros de Suramericana