Aunque la puesta en marcha de las restricciones al tránsito de camiones por la vía Buga – Buenaventura –derivadas de la continuación de las obras en la doble calzada– no deja de generar angustia entre los transportadores, empresarios y gremios, el Gobierno anunció que a partir de este miércoles se dará luz verde a la terminación de este corredor por el que al día circulan 3.000 vehículos de carga.
El Ministerio de Transporte precisó que las obras se harán en el tramo Mediacanoa – Loboguerrero (esto es entre el kilómetro 64 y el 86 de la carretera al puerto de Buenaventura). Por esta razón, la restricción en el corredor será de 66 horas a la semana, lo cual hará que la vía esté operando solo en un 61 por ciento.
Luego de varias discusiones entre empresarios, representantes del Puerto de Buenaventura y transportadores, se estableció que los domingos, lunes y martes la restricción irá desde las 7 de la mañana hasta las 8 de la noche.
Entretanto, los días miércoles, jueves y viernes esta se hará de las 11 de la mañana hasta las 8 de la noche. Por otra parte, el sábado no tendrá lugar esta obligación.
Wílder Quintero, quien fue nombrado como gerente del corredor logístico al Pacífico, dejó claro que se debe buscar que el tránsito de carga hacia Buenaventura continúe su curso normal para así evitar impactos en los balances del comercio exterior del país. “Mi prioridad es que el tránsito por este corredor funcione como un ‘reloj suizo’ y que los trabajos que se deben realizar se hagan con la mayor celeridad”.
Según las cuentas del vicepresidente Germán Vargas Lleras, el tramo entre Mediacanoa y Loboguerrero tiene que estar terminado en diciembre de este año. Si no se hubiera tomado la decisión de poner en marcha las restricciones en la carretera, señaló, las obras hubieran tomado siete años más para concluirse.
Sin embargo, en el 2008 comenzó la construcción de la doble calzada Buga – Buenaventura a lo largo de 118 kilómetros, de los cuales 47 corresponden a la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI).
Leonardo Ronderos, director de la Federación Colombiana de Logística (Fedelog), reiteró que no se pueden dejar de lado los impactos negativos que traerá el cierre de la principal vía del comercio exterior y aseguró que las comunidades y negocios aledaños a este corredor han manifestado grandes preocupaciones.
“Todas las intervenciones van a coincidir con octubre, noviembre y diciembre, donde se presentará un pico en las importaciones del país”, indicó Ronderos.
Por el lado del transporte, la Asociación de Transportadores de Carga (ATC) –uno de los gremios camioneros–, afirmó que el cierre de la vía fue impuesto por el Gobierno. Asimismo, esa asociación advirtió que las obras traerán millonarias pérdidas a los transportadores y, también, complicaciones a las operaciones logísticas que se desarrollan a diario sobre la vía al Pacífico.
‘HAY QUE GARANTIZAR LA SEGURIDAD EN TODO EL CORREDOR’
Aunque las restricciones en la vía entre Buga y Buenaventura tienen haciendo cuentas a la Federación Colombiana de Transportadores de Carga y su Logística (Colfecar), el asunto de la seguridad en ese corredor estratégico para el comercio exterior no es un problema menor para quienes a diario transportan mercancías.
Juan Carlos Rodríguez Muñoz, presidente de Colfecar, le dijo a este diario que este gremio transportador le está pidiendo al Gobierno que garantice la seguridad a lo largo del corredor. “Esa es una zona que ha sido blanco de ataques de la guerrilla. La topografía, la zona montañosa, facilita que llegue delincuencia que también hace daños en la infraestructura”.
Pero más allá de este factor, contó el dirigente gremial, los transportadores le están pidiendo al Gobierno que active la póliza de terrorismo, la cual corre por cuenta del Estado. “Esta es para los vehículos que son blanco de acciones terroristas”.
Uno de los problemas hasta ahora, explicó, radica en que no se ha facilitado el cubrimiento durante 24 horas para los camiones que se mueven en la vía a Buenaventura. “Se debe dar lugar a que se cubran riesgos entre las 6 de la tarde y las 6 de la mañana. Hay pólizas que no tienen amparo en esos horarios, ya que el riesgo se incrementa”.
Adicionalmente, Rodríguez denunció que los transportadores están siendo víctimas de piratería terrestre que, en ocasiones, corre por cuenta de menores de edad. “Las empresas paqueteras han sido objetos de saqueos constantes”.
En materia logística, Rodríguez sostuvo que el gremio también está alertando (al igual que el Gobierno) para que no se reduzca el tránsito de carga desde y hacia el puerto de Buenaventura. “Hay un déficit en la balanza comercial. Además, está el tema de la cuota cafetera que hay que cumplir. La idea es que esto no sufra traumatismos con las obras”.
“Todos los cambios logísticos son costos”, dijo el directivo. Según los cálculos de Colfecar, tener un camión sencillo parado en la carretera genera pérdidas por $47.000. Si es una tractomula, esa cifra asciende a los $64.000. Así las cosas, las cuentas del gremio muestran que un tractocamión en un día puede perder cerca de $768.000. “La ganancia de un vehículo se mide en función de la rotación”.
Adicional a esto, Rodríguez reiteró que los conductores que se ciñan a esta nueva disposición del Gobierno deberán gastar más en alimentación, en hospedaje y en otros gastos.
Por otro lado, señaló que con las restricciones los camiones rígidos de hasta 10 toneladas pueden buscar un desvío por Dagua (Valle del Cauca) para facilitar el tránsito desde y hacia el puerto de Buenaventura.
Héctor Sandoval D.
hecsan@eltiempo.com