Fue un zoólogo belga, Bernard Heuvelmans, fallecido en 2001, quien inventó el término criptozoología en la década de los años cincuenta del pasado siglo, para referirse a sus estudios sobre animales extraordinarios y misteriosos, pero sólo utilizaba esta expresión en charlas, conferencias y discusiones privadas. Fue el francés Lucien Blancou quien lo acuñó por primera vez en su libro Cynégétique du Monde, publicado en París en 1959. El vocablo deriva de las palabras griegas zoon (animal), logos (estudio) y kryptos (oculto), por lo que la criptozoología es la ciencia que estudia los animales ocultos. La principal diferencia entre la criptozoología y la zoología es la utilización de las leyendas y tradiciones populares como información y prueba. Sirven tanto el folclore como los relatos de los exploradores y viajeros. La criptozoología conlleva dos deseos inalcanzables: encontrar sus esquivas criaturas y conseguir que los hallazgos sean aceptados. Como lo primero nunca se consigue, lo segundo es imposible, según Eduardo Angulo, profesor de biología en la Universidad del País Vasco. En su libro Monstruos, una visión científica de la criptozoología, Angulo mantiene que los criptozoólogos se sienten unos parias de la ciencia. Su lucha, dice, es una continúa derrota, ya que nunca encuentran lo que buscan, y si creen haberlo hecho, nadie les cree. Hay algunos de ellos que, pese a todo, consiguen vivir, y bien, publicando libros sobre la materia, pero hay otros que se obsesionan hasta la locura en la búsqueda de criaturas fantásticas y llegan incluso a desperdiciar sus vidas, asegura Angulo, no sin compasión. Cada época y cada cultura tiene sus propios monstruos, pero curiosamente -señala el autor en entrevista con EFE- los criptozoólogos siempre buscan en la tradición animales cuanto más grandes y terroríficos mejor. En ese sentido, las grandes estrellas de la criptozoología son el Monstruo del Lago Ness, el Yeti, así como sus parientes Pie Grande, y el Kraken, el pulpo colosal de las leyendas nórdicas. EL POPULAR NESSIE Pese a la gran distancia que les separa, Escocia y el Himalaya tienen algo en común: van asociados a sus residentes más ilustres, Nessie y el Yeti, respectivamente. Más de 4.000 avistamientos del Monstruo del Lago Ness se acumulan desde el siglo VI hasta nuestros días. Un fenómeno que dio origen a la expresión serpiente de verano, muy usada en el mundo periodístico en alusión a un tema reiterativo. De Nessie hay incluso fotografías y videos, aunque se da la circunstancia de que son siempre de mala calidad y muy borrosos. Con base en toda la información acumulada durante los últimos 14 siglos, los especialistas en Nessie le han ido describiendo sucesivamente como una especie de caballo que cabalgaba sobre la superficie del lago, una enorme serpiente marina, una ballena prehistórica y un plesiosaurio, un reptil extinguido hace 65 millones de años, la tesis actual. El problema de esta hipótesis es, según Angulo, que carece de soporte científico, ya que una de las principales características del lago Ness es que apenas tiene fitoplancton, por lo que es prácticamente imposible que pueda albergar una treintena de nessis, que es lo que se calcula que haría falta para poder mantener una familia de monstruos viable y permanente durante los miles de años que -mantienen los criptozoólogos- lleva Nessie en el lago, una profunda y estrecha masa de agua dulce que tiene 39 kilómetros de largo, una anchura media de 1,5 kilómetros, una superficie de 54 kilómetros cuadrados y una profundidad de unos 213 metros en su centro. Un lago que cuenta además con la característica de ser uno de los principales destinos turísticos del Reino Unido. Al igual que le ocurre al Yeti, Nessi tiene una amplia parentela repartida por el planeta: los suecos Storsjön, Malgomaj y Rasvalen; los noruegos Mjösa y Sandnesvatnet; los canadienses Simcoe, Okanagan, Pohénégamook y Manitoba; los estadounidenses Champlain, Tahoe y Mempherémagog; los turcos Erie y Van, y el ruso Brosno. EMIMEN
Finanzas
09 ene 2010 - 5:00 a. m.
A la espera de revivir a los animales monstruosos
Aunque todavía no se haya podido comprobar su existencia, hay animales misteriosos que aún trasnochan a varios estudiosos. Dos de ellos, por ejemplo, Yeti y Nessie.
POR:
-
guardar
save_article.message.success_title save_article.message.successsave_article.message.success_updated_title save_article.message.success_updatedHa ocurrido un error al intentar guardar este artículo
- Reportar error
- Seguir economía
Lo más leído
Destacados
Más Portales