El más reciente informe sobre las condiciones laborales, difundido este jueves por esa agencia gubernamental, reveló que los empleadores siguen cautelosos debido a los aumentos en los precios de los combustibles y a la incertidumbre sobre cuánto tiempo seguirá la repercusión de las crisis de vivienda, crediticia y financiera.
Las fuertes pérdidas de trabajos en construcción, manufactura, servicios empresariales y comercio minorista eclipsaron las ganancias en educación, servicios de salud, turismo y gobierno.
El informe coincidió en gran medida con los pronósticos de los economistas, que habían calculado una reducción de unos 60.000 empleos y un desempleo del 5,4 por ciento.
La tasa del desempleo subió al 5,5 por ciento en mayo. Fue el mayor aumento para un mes en dos décadas.
Las pérdidas de empleos en abril y mayo fueron considerablemente mayores de lo que se anticipaba. Las nóminas de empleo perdieron 67.000 en abril, en comparación con los 28.000 reportados previamente. Y las pérdidas en mayo ascendieron a 62.000 en vez de las 49.000 calculadas inicialmente.
En lo que va del año, la economía ha perdido un total de 438.000 empleos, un promedio de 73.000 por mes.