Después de haber alcanzado altas tasas de crecimiento del Producto Interno Bruto, la pregunta que se hacen los analistas económicos tiene que ver con la magnitud en que la crisis internacional afectará el comportamiento de las economías emergentes. El FMI ha revisado sus pronósticos a la baja y estableció un porcentaje de crecimiento del 4,1% para la economía mundial, 1,5% para los E.U. y 1,6% para la Zona Euro. Sin embargo, mantuvo el pronóstico para la América Latina en un porcentaje del 4,3%. Parecería ser que el organismo internacional considera que el efecto de contagio de la crisis sería relativamente marginal para las economías emergentes. En Colombia el crecimiento dependerá del comportamiento de la demanda interna y la externa. Sobre la primera, es poco lo que se ha analizado hasta ahora a pesar de los evidentes signos de recalentamiento que se manifiestan en los altos grados de endeudamiento, las bajas tasas de crecimiento del sector financiero, el aumento de la cartera morosa y las tasas de interés al alza en relación con las internacionales. No parece plausible que en esas condiciones la demanda interna aumente o mantenga su ritmo de crecimiento. En cuanto al comportamiento de la demanda externa, las cosas parecen más claras, aunque no dan señales para el optimismo. Tres son los factores que podrían provocar una merma en las exportaciones: la situación de los E.U., el deterioro de las relaciones políticas y comerciales con Venezuela y un comportamiento a la baja de los precios internacionales de las materias primas. Si a lo anterior se suman nuevas entradas de capital de corto plazo y se mantiene o aumenta la revaluación, la situación podría tornarse compleja en las cuentas externas. Por otra parte, las tendencias internacionales muestran que la inflación ha repuntado. Colombia no ha sido la excepción. En el corto plazo las tendencias inerciales de la inflación se manifestarían sobre las capas menos privilegiadas, especialmente en los bienes considerados como no transables: servicios públicos, salud, educación, arrendamientos y el transporte. Si a lo anterior se agrega un aumento de los precios en los alimentos, la situación tampoco será clara en esa materia. Si el remedio es como el aplicado al final de los felices noventa el control de la inflación implicará que se apliquen medidas restrictivas en la emisión de dinero y en el acceso al crédito, lo que significaría aumentar las tendencias recesivas. La consecuencia de una baja en la demanda acompañada con tendencias inflacionarias no será otra que el aumento de las tasas de desempleo como mecanismo de ajuste. Bajas en las tasas de crecimiento de la economía, tendencia hacia una mayor inflación y aumento del desempleo, incrementan el riesgo de una estagflación y marcarían el fin del supuesto milagro económico colombiano y cobrarán la cuenta del despilfarro en el gasto de los sectores público y privado. Los economistas del establecimiento, tan optimistas ellos, se notificarán nuevamente de que los ciclos económicos sí existen y las recesiones también. '' En Colombia el crecimiento dependerá del comportamiento de la demanda interna y la externa.WILABR
Finanzas
31 ene 2008 - 5:00 a. m.
¿Estagflación?
Crecimiento, inflación y empleo son los tres grandes retos que enfrentará la economía colombiana durante el presente año.
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