De hecho, un sondeo de elempleo.com así lo reveló. Además, concluyó que una de las mayores preocupaciones de las instituciones de educación superior es que sus egresados tengan la capacidad de desenvolverse satisfactoriamente en el mundo laboral, de manera que puedan garantizar no solo el ingreso al mercado, sino también el mantenimiento dentro del sistema productivo y el ajuste a las condiciones empresariales. La consulta virtual enviada por elempleo.com a 3.000 profesionales y 4.000 empresas mostró que el 40 por ciento de las compañías encuestadas afirma que sus colaboradores no están lo suficientemente preparados para responder a exigencias particulares, el 34,3 por ciento considera que la mayoría de las veces son capaces de hacerlo, mientras que el 14,3 por ciento cree que en pocas ocasiones. Solo el 11,4 por ciento asegura que la educación de sus empleados es apropiada para el cumplimiento de las tareas. En contraste, el 60 por ciento de los profesionales que participaron en el estudio dice tener una formación académica que permite desempeñarse adecuadamente, el 24,6 por ciento se ajusta la mayoría de oportunidades y el 3,1 por ciento en pocas situaciones. El 12,5 por ciento admite no estar ampliamente instruido para afrontarlas. Para Gonzalo Vargas Salamanca, analista comercial de elempleo.com, en la universidad se adquieren conocimientos concretos cuya aplicación se dificulta en los contextos reales de las organizaciones, pues la metodología manejada en las aulas no alcanza a estar al día con lo que se necesita al interior de las empresas. Rodrigo Cid, consultor de Altos Ejecutivos en coaching, quien además ejerció como maestro y funcionario a la vez, afirma que la universidad ha permanecido muy lejos de la vida empresarial. Se hacen prácticas, pero las instituciones no consultan las necesidades reales del mercado laboral. Entonces, cuando llegan a una organización hay que reentrenarlos, no es tanto capacitarlos, sostiene. A su juicio, la formación colombiana es buena y a los jóvenes les va bien estudiando fuera del país, sin embargo, insiste en que hay una dicotomía entre la educación y la práctica laboral. Hoy el mercado es más exigente: se requiere carrera, especialización, ojalá máster y saber hablar por lo menos dos idioma, para arrancar. No soy amigo de los títulos, sino del entrenamiento. Más grave me parece que las universidades vivan encerradas. Son pocos los decanos que pertenecen al mundo empresarial. Alexander Bonilla, gerente de Competencia Humana, sin embargo, agrega que en el mercado laboral es común que las organizaciones pidan gente con experiencia para los cargos más calificados y profesionales para los operativos.Profesional sí, pero no totalmente capacitadoEl estudio reveló que tanto las compañías como los empleados participantes ven en la rápida desactualización de los conocimientos (40 por ciento en el primer caso y 34,3 por ciento en el segundo) uno de los principales vacíos académicos frente a las demandas del mercado laboral. Otras de las fallas educativas, según los empresarios, se concentran en las capacidades creativas y de adaptación al cambio (32,5 por ciento), las habilidades para identificar y usar información relevante en el momento oportuno (31,3 por ciento), las competencias para trabajar en equipo (25 por ciento) y la sagacidad comercial, la inteligencia emocional y la responsabilidad (3,8 por ciento). La dificultad en la actualización es que se responde a una sociedad del conocimiento, en la que la carga operativa no brinda la posibilidad de adelantar nuevos aprendizajes, explica Mónica Paola Barbosa, analista de Gestión del Cambio de elempleo.com. A pesar de este panorama, el 64 por ciento de las empresas considera que el perfil de sus trabajadores es una mezcla de competencias específicas para adelantar proyectos con funciones y responsabilidades asociadas al puesto. En eso coincide el 67,6 por ciento de los profesionales consultados. Por otra parte, la debilidad de los trabajadores consultados es más fuerte en aspectos organizacionales (32,4 por ciento), que en elementos tecnológicos (30,4 por ciento), teóricos (24,5 por ciento) o sociales (14,7 por ciento). Una opinión similar tienen las empresas, pues afirman que las dificultades en el campo corporativo se hacen latentes en la cotidianidad de sus colaboradores (45 por ciento). LOS DESACIERTOS HAY QUE VOLVER A LA EXPERIENCIA. Rodrigo Cid sostiene que una competencia laboral clave es que la gente debe estar más dispuesta al aprendizaje que a decir todo lo que sabe y eso se traduce en ascensos. El negocio empresarial es subir a la gente porque es buena, no creo mucho en los padrinos porque una organización está hecha es para ganar plata y normalmente busca gente buena. Sin embargo, los jóvenes de hoy quieren ascender mucho más rápido, hacer carrera y, por supuesto, ganar dinero, comenta Cid, pero en esa búsqueda hacen todo tipo de locuras y les hace falta peso. Hay muchos yuppies creando negocios de papel. En Colombia, es un error pensar por ejemplo- que el ejecutivo joven es el único que sirve. Estados Unidos, en cambio, está regresando a valorar la experiencia y la madurez. Es común ver en Colombia que un muchacho a los 30 ha tenido siete puestos. A él le parece delicioso rotar, pero es catastrófico. Es mucho mejor hacer carrera en una sola empresa que saltar de un lado a otro, recomienda el experto en coaching. WILABR
Finanzas
15 nov 2008 - 5:00 a. m.
Falta preparación para asumir los cargos en las empresas
No todo lo que brilla es oro, y los pergaminos tampoco son garantía de habilidades a la hora de desempeñarse en un cargo. Es más, la formación de los trabajadores puede resultar insuficiente cuando se trata de responder a las exigencias empresariales.
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