Mientras en el mercado internacional los precios del petróleo se desploman, en el territorio colombiano, en particular en la Costa Atlántica, las cotizaciones del gas no paran de subir.
Los precios del millón de BTU (unidad con la que se mide la capacidad calorífica del gas) para los contratos pactados este año incrementaron en promedio 7,6 por ciento, y el alza se ve más en las plantas térmicas.
Este aumento fue mucho mayor para los grandes consumidores de la Costa Caribe, en donde se da una situación de menor oferta (por la declinación de la producción en los campos de La Guajira), pocos proveedores y, por si fuera poco, una devaluación que encarece el hidrocarburo.
El viceministro de Energía, Carlos Fernando Eraso Calero, explicó a Portafolio cómo está observando desde el Gobierno la evolución de este combustible en el mercado local.
¿Qué tanto le preocupa al Gobierno la falta de reservas de gas?
Más que generar preocupación lo que genera es el reto de buscar medidas continuas para revertir la situación que estamos viviendo hoy. En anteriores ocasiones el sector de hidrocarburos ha sido capaz de generar nuevas reservas en la medida que transcurre el tiempo.
Aunque el contexto hoy es distinto…
El Gobierno ha hecho esfuerzos muy grandes para promover inversiones en exploración y producción, pero esto tarda en dar frutos.
Ahora hay una situación adicional y es que el mercado de gas natural está siendo afectado por el fenómeno de El Niño, pues, cuando este se da, las térmicas utilizan gas como combustible, aumenta la demanda y eso estresa el mercado. Estamos tomando medidas para procurar inversiones ante una situación en la que la oferta de gas natural no va a ser suficiente para atender toda la demanda.
Pero, mientras tanto, hay un problema con los precios que siguen al alza. Lo que pasó en la Costa Atlántica el año pasado, ¿podría leerse como una señal de que el mercado no se está regulando como debería?
Yo diría que lo que pasó con las negociaciones fue un reflejo de la realidad del mercado.
El precio del gas natural es el resultado de la interacción entre los que venden y los que compran, es un precio de mercado que se fija libremente entre las partes. Lo que sucedió refleja en cierta medida que en el interior del país la producción es superior a la demanda y que en el caso de la Costa, los principales campos vienen declinando desde hace unos años, lo que ha generado una mayor estrechez.
Hay quienes dicen que con tan pocos productores no se puede hablar de libre mercado, ¿ha planteado el Gobierno la posibilidad de una mayor regulación en estos precios del gas?
No. Hay que tener en cuenta que el gas natural tiene dos realidades: una, que se trata de un combustible que es utilizado como un servicio público domiciliario y dos, que es un hidrocarburo. Como el domiciliario suele estar regulado, pero de manera muy cuidadosa porque responde a la misma lógica de cualquier hidrocarburo en el mercado internacional. No consideramos la posibilidad de establecer un tope de precios porque si bien esto puede aliviar las presiones al alza que se ven en el mercado mayorista, también puede desincentivar la exploración del gas natural.
Pese a esto se tomó una decisión de regulación que fue permitir a los actores del mercado renegociar sus contratos…
En el mercado nuestro se pueden trazar contratos a un año y a cinco años durante una ventana determinada de tiempo. En los contratos a cinco años las partes, de mutuo acuerdo, fijan el precio para el primer año y a partir del segundo se actualiza por una fórmula establecida en la regulación.
Lo que observamos el año pasado fue que esta fórmula llevó a que el incremento fuera muy alto, por eso generó malestar. Además, esto coincidió con una situación coyuntural de devaluación, pues el precio del gas está atado al dólar.
Lo que hizo el Ministerio de Minas y Energía fue sentarse con las diferentes partes para mirar hasta dónde es posible que revisen ese indicador y se pongan de acuerdo en usar uno diferente.
No obstante, esto se vio como un cambio en las reglas de juego...
Nosotros no hemos cambiado las reglas de juego, solo les permitimos a vendedores y compradores, si así lo consideraban, suspender temporalmente el incremento en los precios, mientras se desarrolla una nueva fórmula para actualizarlo. La fórmula fue diseñada con buenas intenciones, pero hoy está llevando a que los incrementos en el corto plazo se multipliquen en el largo plazo.
¿Y cuándo se tomará esa decisión?
Primero había plazo hasta 31 de diciembre del año pasado para que las partes decidieran si querían suspender el incremento, como máximo hasta el 28 de febrero. Ahora estamos reuniéndonos con gremios, empresas, con la Creg (Comisión de Regulación de Energía y Gas) en un trabajo conjunto para tener una nueva metodología para actualizar los precios del gas natural para el 28 de febrero.
¿Qué les respondería a quienes opinan que, para esta decisión, el Gobierno se dejó presionar más por fuerzas políticas que por argumentos técnicos?
Yo le diría que tuvimos una realidad, que generó un reclamo generalizado en la Costa Caribe ante las alzas del precio del gas. Sin duda alguna esto se convirtió en un hecho político, pero la tranquilidad que les podría dar es que el gobierno actuó de una manera técnica y cuidadosa. Hay unas reglas de juego que hemos protegido de manera cuidadosa. Pero, si vemos que hay un espacio de la regulación para que mejore, habrá que hacerlo.
Ahora bien, en este entorno en el que las productoras necesitan mayor liquidez, ¿por qué les interesaría reducir los precios del gas?
El negocio de los hidrocarburos es de largo plazo. Los productores de gas natural han hecho un esfuerzo de varias décadas por construir un mercado creciente, no les interesa que por una situación de coyuntura se desincentive el consumo de este hidrocarburo. Hemos trabajado con los gremios y ellos tienen la voluntad de buscar mejores maneras de hacer esto.
Hay mercados sofisticados que han desarrollado precios de manera natural, que sirven de referencia para la actualización de los precios, es el caso del Brent y el WTI para el petróleo. El caso colombiano es que no hay un mercado de la misma profundidad, de la misma liquidez que nos sirva de referencia.
¿El nuevo gestor del mercado de gas podrá solucionar este vacío?
Esa es una de las grandes apuestas que hacemos, pero tenemos que darnos un compás de espera para esto.
Nohora Celedón
nohcel@portafolio.co