El desarrollo de tecnologías para la prestación de servicios financieros (fintech) se ha convertido en el principal punto de quiebre para la banca, los seguros, los administradores de inversiones y demás compañías del sector.
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Esto, al punto de superar incluso otros aspectos cruciales para la industria como las complejidades de la regulación, los modelos de negocio y la competencia –entre muchos otros–, según un estudio realizado por KPMG sobre cómo las entidades financieras están abordando las fintech.
De hecho, al preguntarles a las entidades financieras sobre cuál es la mayor disrupción que están enfrentando, el 57 por ciento mencionó a las fintech, mientras que un 51 por ciento mencionó a la creciente y compleja regulación.
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Entre tanto, el 46 por ciento dijo que son los nuevos modelos de negocios, y un tercio consideró que es el aumento en las ciber amenazas. Otros temas señalados fueron el aumento en el uso de móviles en los consumidores, la competencia, la fuerza laboral, el cambio demográfico, etc.
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“La rápida evolución de las fintech ha forzado a que las instituciones financieras tradicionales enfrenten una nueva realidad. Productos, servicios y modelos de negocio que habían funcionado por décadas, ya no son una opción en el mundo digital”, señala el documento.
En ese escenario, la competencia también está cambiando, pues ya no se trata solamente de los emprendimientos digitales, sino que además las grandes compañías de tecnología, firmas dedicadas al comercio y otro tipo de negocios están buscando la forma de prestar los servicios financieros que demandan los clientes.
Y es que justamente los usuarios también han cambiado sus hábitos y tienen una aproximación diferente a las transacciones.
Ante esta situación, KPMG preguntó a las entidades sobre las estrategias relacionadas con las fintech. En términos generales, el 46 por ciento de las firmas ya la tiene (la mayor proporción está en las administradoras de inversión y en los bancos), mientras que un 42 por ciento la tiene en desarrollo.
Aunque las cifras son altas, todavía hay dudas al interior de las entidades sobre si esos planes están alineados de manera correcta con los desafíos de la nueva realidad.
De todas maneras, el 75 por ciento de las estrategias están orientadas a mejorar la experiencia de los clientes, seguido por un 48 por ciento que lo hace para transformar sus habilidades actuales, y un 27 por ciento que lo hace para ser eficientes en costos.
Otras razones son proteger al negocio principal de amenazas, incursionar en nuevos negocios, y desarrollar estrategias de inversión basadas en inteligencia artificial.