El acelerado crecimiento de las fintech (emprendimientos que, basados en tecnología, prestan servicios financieros) en el mundo es una realidad.
Un informe de KPMG, reveló que solo en el primer semestre de 2018, se invirtieron cerca de USD$58.000 millones en la creación de fintech alrededor del mundo, una cifra que supera a las de años anteriores, de USD$40.000 en promedio.
El papel de la tecnología en el sector financiero es indudable. Hemos avanzado muchísimo en temas de banca electrónica; sin embargo, esto es solo la punta del iceberg, la verdadera transformación digital está en todo lo que podemos hacer al interior del sistema operativo bancario para mejorar la oferta que ponemos a disposición de nuestros clientes.
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Precisamente hace poco, tuvimos la oportunidad de reunirnos en Colombia con otros bancos para evaluar la posibilidad de comenzar a fincar una red al estilo Open Banking europeo, con la que sería posible compartir información y facilitar así el acceso a los servicios bancarios.
En esa línea, el trabajo con las fintech es fundamental, pues cuentan con información sobre el flujo transaccional entre personas e incluso entre personas y Gobierno, una data que es absolutamente relevante para la banca y sus clientes corporativos.
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No obstante, en el camino hay varios retos que superar para el correcto aprovechamiento de las fintech. Por ejemplo, Asobancaria nombra algunos, entre ellos: el diseño de modelos en donde los productos puedan ganar escalabilidad; un marco regulatorio que promueva la sana competencia, la estabilidad del sistema, la protección del consumidor y el fortalecimiento de la infraestructura digital.
Colombia es un ejemplo en Latinoamérica. De acuerdo con los últimos datos publicados en el informe ‘Fintech en América Latina 2018: crecimiento y consolidación’, publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Finnovista , el país reforzó su posición como tercer mayor ecosistema para las Fintech -después de Brasil y México- y hoy cuenta con 148 emprendimientos fintech, superando a Argentina (116), a Chile (84), a Perú (57) y a Ecuador (34).
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De hecho, el análisis de Finnovista, organización que acelera el desarrollo de empresas de tecnología que proveen servicios financieros digitales, solo en 2018, el crecimiento de Colombia fue del 76 % frente al año inmediatamente anterior, cuando se registraron 84 emprendimientos.
En coherencia con esto, y para apoyar este tipo de emprendimientos, Citi posee centros de excelencia a nivel mundial, que evalúan a las fintech y las sitúan en diferentes categorías.
Actualmente, la organización trabaja con prototipos, testeo, y co-creación en laboratorios de innovación.
Dependiendo del país, la colaboración es diferente. En algunos casos, se adoptan soluciones de las fintech; en otros, sin embargo, por temas regulatorios o confidencialidad de datos, las soluciones de desarrollo tecnológico se desarrollan al interior del banco.
Para nosotros, la digitalización es una prioridad. Nos hemos convertido en el banco corporativo de las empresas digitales, ya que procesamos el pago de los usuarios, los proveedores y brindamos las redes regionales y los canales digitales a aquellas empresas que nacen en un país y se expanden de manera rápida hacia otros mercados.
Los esfuerzos se han venido redoblando en los últimos meses y, desde hace un año, con la meta del 2020, las directivas trabajan en una transformación que aborda temas tecnológicos del negocio, la banca electrónica, la conectividad y la oferta digital que ofrecemos actualmente a nuestros clientes; un cambio de punta a punta que permitirá nuestra transformación digital completa y será un eslabón más en el proceso de desarrollo económico y social de las naciones.
Nos interesa movernos del canal A (análogo) al canal D (digital). En este proceso, trabajar de la mano de las fintech ya no es opcional y, por el contrario, es de gran valor en la búsqueda de nuestro propósito de ser un banco digital para el 2020.
Driss Temsamani
Director de Canales Digitales y Servicios de Banca Empresarial para Citi Latinoamérica.