Hace unos días, Gabriel Vallejo López, el director del Departamento para la Prosperidad Social (DPS), sorprendió al país con cifras históricas sobre reducción de la pobreza en Colombia, según las estadísticas del Dane.
En el 2013 salieron de pobres 820.000 personas.
Portafolio habló con Vallejo sobre el tema.
¿Cómo se ha logrado la reducción de la pobreza?
Es estructural. Uno no puede mirar el tema social y la disminución de la pobreza de manera aislada.
Durante los últimos cuatro años, hemos logrado varios objetivos que van en la misma dirección: 1. Disminuir el desempleo (hemos generado aproximadamente 2 millones de empleos formales), 2. El manejo de la inflación y 3.
El crecimiento económico.
Cuando hablamos de buen desempeño del PIB, hay que mirar cuáles fueron los sectores más dinámicos. Entonces, encontramos que hay un fuerte impulso del sector agrícola. Gran parte de la caída de la pobreza se dio en el sector rural.
¿Cuál es programa social del Gobierno de mayor impacto?
Indudablemente, Familias en Acción, con transferencias condicionadas.
Pero la mejoría en el resultado obedece a que hicimos una redistribución del enfoque.
Nos estamos dedicando más a lo rural. Hoy, el 44 por ciento del programa se aplica en el campo.
Pero los críticos del Gobierno dicen que este no es un programa nuevo, además de que es asistencialista. ¿Qué responderles?
El éxito del resultado de los últimos cuatro años es que nos hemos orientado a la sostenibilidad social, enfocándonos en dos frentes con ayudas condicionadas: la educación y la salud.
Nosotros les entregamos la plata a las madres cabeza de familia sobre la base de que han cumplido dos requisitos: que envíen sus hijos menores de 18 años al colegio y que haga seguimiento a los niños en materia de vacunas, talla y peso. Esto nos garantiza que estos niños y jóvenes tengan un modelo de vida con bienestar. Hoy tenemos tres millones de personas más en Familias en Acción.
¿Qué reto se han planteado con este programa?
Nuestro gran reto es cómo lograr que estas personas generen ingresos a través de actividades productivas.
Por eso, desde hace un año estamos desarrollando estrategias como la Ruta del Emprendimiento en el sector rural y la Red de Seguridad Alimentaria. Entre los planes está la creación de huertas familiares, que luego den el paso hacia la producción comercial. Hoy tenemos más de 300.000 familias en este plan.
¿Qué hacer para mejorar la credibilidad del país frente a las cifras de reducción de la pobreza?
En el tema de la medición monetaria y multidimensional, son muy similares.
Esto les está dando al Gobierno y al país la posibilidad de mirar los elementos que permiten detectar qué carencias tiene una familia para actuar en la búsqueda de una vida digna.
Este es el sentido de la instrucción que tenemos para enfocarnos en el sector rural. Y ya estamos en eso.
El Ministerio de Agricultura invertirá alrededor de medio billón de pesos para vivienda campesina; el DPS está haciendo también una gran intervención en mejoramiento de vivienda rural.
¿Cómo explicarles a los ciudadanos que el empleo ayuda a reducir la pobreza?
Hay algo más importante: se está generando empleo en sectores como servicios, comercio y construcción.
Quien tiene empleo, puede llevar dinero a la casa para comprar cosas.
Esta es una cadena que favorece a toda la economía.
Pero la política de subsidios a los más necesitados los saca de su situación, pero de manera temporal…
Efectivamente, en el país hay municipios que viven de las ayudas del Estado. Nosotros giramos al año 2,8 billones de pesos a familias en acción.
Hay poblaciones que tienen un presupuesto anual de solo 1.200 millones de pesos, pero reciben 15.000 millones de giros para Familias en Acción. También hay que buscar que los privados se involucren y que los beneficiarios de estos programas entren en la cadena de generación de recursos propios.
¿Y cuál es el aporte de la inflación a la reducción de la pobreza?
Es muy alto, significa que las personas mejoran su capacidad de compra, y aún más en las familias pobres, que antes tenían que dedicar un mayor volumen de recursos para comprar alimentos. Hoy les sobra platica para comprar otras cosas que les impliquen bienestar y progreso.
¿Usted cree que en el país hay conciencia empresarial sobre la responsabilidad social?
Yo creo que sí lo hacen y cada vez es más fuerte su participación. Pero, lo que hace falta es la focalización de los recursos. Muchas empresas siguen pensando que la pobreza se acaba dando regalos en Navidad o unas becas. Eso no está mal. Pero hay que aunar esfuerzos.
EL GRAN RETO, REDUCIR LAS BRECHAS
Uno de los mayores problemas sociales que existen en el país es la brecha entre ricos y pobres.
Frente al tema, Gabriel Vallejo López, sostuvo que el gobierno también tiene un plan: “La idea es que más personas de menores ingresos mejoren su capacidad de compra. Eso se logra brindando oportunidades en estos sectores (...)
Este es un proceso integral. Mediante ayudas, mejora de la infraestructura de carreteras para sacar las cosechas y competir en el mercado”, sostuvo el funcionario.