La mayor incidencia que el calentamiento global puede tener sobre este sector se debe a que las especies que se capturan habitualmente para el consumo humano sufren cambios notables en su metabolismo, tasa de crecimiento, productividad y reproducción estacional si varía la temperatura del agua.
Entre los efectos que el cambio climático ya está ocasionando en la pesca, la FAO señala los fenómenos meteorológicos extremos, la probable continuación del aumento de la temperatura del mar, cambios en la distribución de los peces y subidas de la acidez y salinidad del agua.
Aunque la organización admite que hay grandes diferencias regionales según la intensidad e incidencia de las variaciones, que en algún caso pueden ser positivas, cree probable que el mundo asista a cambios significativos en la producción pesquera. "Para las comunidades que dependen en gran medida de la pesca, cualquier disminución de la disponibilidad local o de la calidad del pescado para alimentación o cualquier aumento de la inestabilidad de sus medios de vida puede plantearles problemas muy graves", señala la FAO.
La importancia del sector para la seguridad alimentaria y económica mundial queda patente, según el organismo internacional, por el hecho de que cerca de 42 millones de personas trabajan directamente en la pesca y varios cientos de millones más lo hacen en industrias relacionadas.