Ya son varios los analistas que coinciden en que las presiones sobre las finanzas públicas están cercando las piezas del ajedrez del Estado y aproximándose cada vez más al jaque fiscal.
Si bien ha habido apretones fiscales en los últimos tiempos, amparados en una ley de regla fiscal que obliga a manejar con prudencia los recursos de la Nación, ahora están sobreviniendo una serie de presiones que, en su mayoría, están recayendo sobre el presupuesto general, que no da para estirar más.
Esto se observó este año, cuando la carga financiera del Estado tuvo que pasar de 185 a casi 190 billones de pesos, con una adición presupuestal que aprobó el Congreso. El presupuesto del 2014 era inicialmente de 200 billones y fue necesario crecerlo a 203 billones de pesos.
LO QUE PRESIONA
Los recurrentes paros en una época vulnerable para el Gobierno, por la cercanía de los comicios electorales, con una intención de reelección de por medio, son una de las presiones, no solo costosas sino urgentes. Las protestas fueron iniciadas por el sector justicia, siguieron los cafeteros y luego vino el paro nacional agrario. A estas se sumaron parálisis en el sector carbonero, que si bien no eran contra el Estado, sí tienen efectos sobre la economía.
Anif calculó que la factura de los paros del segundo semestre del 2012 y del primer trimestre del 2013 era de 900.000 millones de pesos. Por la reciente jornada nacional del agro, ahora el Estado tendrá que sacar 3,1 billones de pesos, que es lo que cuesta el acuerdo logrado para conjurar esa protesta. La alternativa de financiamiento llevará a meterles la mano al bolsillo a los colombianos, pues los recursos se obtendrán del 4 por 1.000.
El centro de investigaciones económicas Fedesarrollo dice que se suma una presión más: “Las nuevas condiciones de liquidez a nivel global han encarecido el financiamiento público, desvalorizando los títulos de tesorería (TES) que concentran la casi totalidad de la deuda pública doméstica”.
No obstante, para Sergio Clavijo, director de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif), “la amenaza más fuerte proviene del congelamiento en los precios de los combustibles”.
Esta apreciación la sustenta Clavijo en el efecto que tendrá la sentencia de la Corte Constitucional, que llevará al Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC) a pasar por el Congreso, para que allí se regulen las fuentes de sus recursos. De paso, se pondría en marcha la idea de reducir desde la célula legislativa el precio interno de la gasolina en 1.000 pesos por galón, lo que, según cálculos de Fedesarrollo, “implicaría una contracción en los ingresos del sector público del orden de los tres billones de pesos anuales”.
Para Clavijo, dicho fondo ya acumulaba un faltante de 3,5 billones de pesos, por cuenta de “haber postergado los ajustes en los combustibles en momentos de elevados precios internacionales y algo de devaluación peso-dólar”.
PREVISIÓN 2014: 20 BILLONES DE PESOS
Según Fedesarrollo, “todos estos elementos (gasolina, paro, etc...) son imprevisibles desde el punto de vista de la planeación fiscal”. La cifra redonda del hueco fiscal para el 2014 que podría implicar este panorama la estimó el columnista Hernán González Rodríguez, al expresar que “bien puede acercarse a los 20 billones de pesos, es decir, cerca del 10 por ciento del presupuesto aprobado para el próximo año”.