Anunciaron que si no les cumplen, iniciarán un nuevo desplazamiento a la capital.
Ellos permanecieron al menos dos horas en Pereira porque llevaban a dos niños enfermos, lo que los obligó a detener la caravana de cuatro buses, que salió la noche del domingo.
Médicos del Hospital San Jorge de la capital risaraldense informaron que los dos niños presentaban otitis y desnutrición. Los pequeños recibieron los medicamentos y cerca de las 10:30 de la mañana los vehículos retomaron la marcha hacia el resguardo Tahamy Alto Andágueda, en Bagadó (Chocó).
En los cuatro buses, que se veían completamente llenos, iban los 134 miembros de la comunidad embera katío que durante un mes estuvieron en bogotá reclamando ayudas y ejerciendo la mendicidad.
A comienzos de junio, los indígenas emprendieron su romería desde el resguardo hasta Bogotá para pedir beneficios de la reparación de víctimas pues, denuncian, su territorio ha sido escenario de guerra.
Se negaban a regresar a su tierra hasta tanto el Gobierno hiciera compromisos concretos para mejorar sus condiciones de vida.
Para garantizar su regreso, el Ministerio del Interior asumió varios compromisos. La viceministra, María Isabel Nieto, dijo que el plan de acción que adelanta el Gobierno compromete a diferentes entidades.
Según Martín Siágama Gutiérrez, encargado de asuntos indígenas en Risaralda, se busca subsanar las diferentes necesidades, entre ellas salud, seguridad, alimentación, vivienda y vías, entre otros. Entre lo acordado está la dotación y mejoramiento de la infraestructura del puesto de salud de Agua Sal, de la infraestructura educativa y la construcción de 500 viviendas para ellos y de 162 para la comunidad de Conondo.