Las fábricas afectadas son Fibratolima en Ibagué y Fabriuno en Bello, dedicadas a la producción de dril e índigo, respectivamente.
Aunque se prevé que las ventas disminuyan en un 15 por ciento, también se espera que esto se compense con la producción de un millón de metros cuadrados de índigo de la nueva planta inaugurada hace algo más de un mes en Bello.
"Sin ese turno, la producción disminuye en dos tercios, pero se espera que la nueva planta cubra esa producción. Esto es clara consecuencia de las tasas de cambio. Sin embargo, la idea de los directivos de la compañía es que sea solo durante el primer semestre", explica Jairo Agudelo, analista de Interbolsa, especializado en el sector textil.
Por su parte, Coltejer, que reportó pérdidas por 159.791 millones de pesos, prácticamente dejó en manos de sus trabajadores la salvación de la compañía. El peso de la carga laboral representa el 35 por ciento de los costos de la empresa. Para ser competitiva habría que reducirlos.
Las directivas de la empresa les propusieron a los trabajadores, aglutinados en cinco sindicatos, que cambien por acciones algunos pagos y prestaciones extralegales establecidas en la convención colectiva de trabajo. Los sindicatos aún no se han pronunciado.