En Colombia hay 1,5 millones de micronegocios formales, unidades empresariales de personas empleadoras y trabajadores con hasta nueve personas ocupadas que a pesar de los avances en materia de bancarización, en un buen porcentaje siguen buscando crédito por fuera del sistema financiero.
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Esa es una de las características que se resalta en el estudio sobre los factores que inciden en la demanda de crédito de la microempresa en Colombia elaborado por Banca de las Oportunidades y en la que se utilizó el módulo de inclusión financiera de la encuesta de micronegocios del Dane con 86.969 establecimientos y que se hizo en el 2019.
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Según Freddy Castro, director de Banca de las Oportunidades, se encontró que “la mayoría de los micronegocios (41,3%) consideraron que el crédito no constituye una herramienta necesaria para el funcionamiento de su actividad económica”. Además, dijo, que variables como la formalidad, la educación financiera empresarial y la utilización de internet para realizar transacciones inciden positivamente en la probabilidad de que este tipo de firmas solicite un crédito formal.
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El informe indica que casi el 80% solicitó el crédito en instituciones financieras formales. Los prestamistas informales agrupan cerca del 20% de la demanda de crédito entre los micronegocios. Las fuentes informales de crédito no solo son los llamados prestamistas gota a gota, sino también casas de empeño, familiares y amigos.
El 89,9% de los micronegocios consultados y que solicitaron un crédito en 2019 les fue aprobado, cifra que incluye tanto el crédito en entidades financieras como el informal.
