Esto contribuyó a una recuperación de 6,1 por ciento del peso en los dos últimos meses, el mayor aumento entre 24 monedas de mercados emergentes monitoreadas por Bloomberg.
Los estrategas consultados en sondeos de Bloomberg elevaron sus pronósticos relativos al peso para fin de año un 1,7 por ciento en abril, más que para todos sus pares latinoamericanos.
“Es como conducir un auto con un pie en el acelerador y otro en el freno”, dijo en una entrevista telefónica John Welch, un estratega macro en Canadian Imperial Bank of Commerce de Toronto el 29 de abril. “Si la intervención contra la postura monetaria que adoptan funciona, tienden a anularse mutuamente”.
En acciones que recuerdan las devaluaciones competitivas del 2010, que el ministro de Finanzas brasileño Guido Mantega denominó guerra cambiaria, países en desarrollo que van de República Checa a Corea del Sur han intervenido en meses recientes en los mercados cambiarios o rebajado las tasas para que sus economías sean más competitivas. Colombia constituye un ejemplo de que esas iniciativas pueden salir mal.
NIVEL PREOCUPANTE
“Pueden terminar lamentando un aumento de la tasa”, dijo en una entrevista telefónica desde Nueva York el 29 de abril Win Thin, responsable global de estrategia para mercados emergentes en Brown Brothers Harriman Co. “El peso parece destinado a fortalecerse a partir de esos niveles: 1.900 es el área en que generará más preocupación”.
El peso de Colombia trepó hasta un máximo en cinco meses de 1.913,7 por dólar el 8 de abril, desde 2.065,7 en febrero, el nivel más flojo desde septiembre del 2009.
Sus aumentos recientes cancelaron la pérdida de 4,3 por ciento durante su peor enero desde el 2009, y lo dejaron con escasos cambios para el año en 1.925,88 a fines de la semana pasada.
Si bien los estrategas consultados por Bloomberg consideran que el peso caerá para fin de año, en el último mes han sido más optimistas. La media de 16 estimaciones prevé un peso por encima del 2 por ciento más débil al 31 de diciembre en 1.975 por dólar, en comparación con un pronóstico de 2.010 del 31 de marzo.
El Banco de la República compró un promedio de US$19 millones diarios en el mercado cambiario desde el 21 de abril, en comparación con un promedio de US$10,5 millones desde el 1 al 16 de abril.
El alcance máximo del programa no ha cambiado con respecto a US$1.000 millones en el período abril-junio, aunque Andrés Pardo, jefe analista de Corporación Financiera Colombiana dijo que los diseñadores de la política podrían extender las compras después de esa fecha.
Pardo predijo que el banco central elevará su tasa de interés hasta 4,75 por ciento para fin de año, después de ser elevada un cuarto punto porcentual hasta 3,5 por ciento el 25 de abril para combatir la inflación.
“En términos del tipo de cambio, obviamente no es el mejor momento para un aumento de la tasa”, dijo Pardo por teléfono el 28 de abril. “Tasas más altas significan más presiones para una apreciación del peso”.
Contactada por Bloomberg News, la oficina de prensa del Banco de la República se negó a hacer comentarios sobre su política monetaria. En una entrevista el 7 de febrero en la sede central del banco en Bogotá, el gobernador José Darío Uribe dijo que nunca fue un objetivo de los diseñadores de la política “buscar o defender un nivel del tipo de cambio nominal o real”.
Bloomberg