El ejecutivo habló en entrevista con Portafolio.
¿Es cierto que en la Andi están bravos con el Gobierno?
No. Por el contrario, estamos muy satisfechos con los canales de comunicación que se han abierto en temas difíciles como regulación, comercio exterior, competitividad y otros. Lo que sí tenemos Andi y Gobierno es una agenda muy variada de asuntos económicos y empresariales que se tratan casi siempre con buen éxito.
Pero usted sí ha expresado su molestia por ciertas decisiones o afirmaciones…
Que Gobierno y gremios tengan diferencias habla bien de la política pública y de la independencia de los gremios.
Prefiero que se diga que hay distancia en ciertos temas a que se piense que somos una sola cosa. Ahora bien, que hay distancia en unos temas, sin duda, especialmente cuando a los funcionarios se les va la lengua.
¿Cómo cuándo?
Como cuando el Ministro de Hacienda dijo que la reforma tributaria del 2010 corría peligro por malas actuaciones gremiales o empresariales. Eso fue un despropósito. Pero presentadas las disculpas del Ministro, el incidente quedó superado.
Por cierto ¿cómo ve al Gobierno?
Yo soy un convencido de la pertinencia de la agenda del presidente Santos.
Esta cuida el proceso de modernización del país en todos sus aspectos, sin olvidar deudas históricas que esta sociedad tenía que enfrentar como los temas de víctimas y usurpación de tierras, aparte de regalías, infraestructura o justicia. Por eso creo que tiene el apoyo del sector privado.
Pero los críticos de Santos dicen que hay más anuncios que realizaciones…
Me parece que el primer año de Gobierno se utilizó bien en armar los marcos normativos y desarrollar la institucionalidad en ciertos temas cruciales.
Durante la segunda mitad de 2011 y lo que va de 2012, veo realizaciones en infraestructura y la puesta en marcha del Departamento Administrativo para la Prosperidad Social. Por supuesto lo que viene es el reto de ejecutar, ejecutar y ejecutar.
¿Y las quejas sobre la seguridad?
Tengo la teoría de que en el suroccidente del país se está dando la última batalla contra el narcotráfico que actualmente arropa a todos los actores armados sin excepción: guerrilla, bandas criminales y crimen organizado internacional o doméstico. Lo mismo creo que pasa en Urabá y la zona del Perijá. Ese es un problema que debe combatirse con toda la fuerza del Estado.
¿Qué más ve?
De otro lado hay una errada decisión de las Farc de creer que la sola mención de la palabra diálogo los autoriza a volver al terrorismo masivamente, con la esperanza de que los colombianos nos vamos a ablandar.
Ojalá estos anuncios recientes signifiquen una nueva reflexión y no una nueva frustración.
Y no olvidemos la necesidad de rodear permanentemente, con respeto y entusiasmo, a nuestra Fuerza Pública.
¿Cómo arrancó el 2012?
Confío en que los crecimientos un tanto menores de subsectores como automóviles, electrodomésticos o vivienda, no sean el fruto del alza en las tasas de interés por parte del Banco de la República.
Si ello fuere así, quiere decir que en un ambiente de inflación relativamente tranquilo, se le fue la mano al Emisor en su temor por altos niveles de crecimiento.
¿Pero no le preocupa que el crédito esté disparado?
Los datos más recientes muestran no sólo que la curva de crecimiento se aplanó, sino que desciende. Y nunca llegó a los niveles de preocupación que pudimos tener a mediados de la década pasada.
¿A final del año pasado hubo evidencias de desaceleración en la industria?
Espero que el dato de diciembre sea puntual y no el fruto de esa política restrictiva que comenzó el año pasado. Los efectos no son sólo sobre el crecimiento y la demanda, sino sobre la tasa de cambio, que es la principal amenaza que tiene la economía colombiana.
¿Qué más debería hacer el Banco?
Con todo el respeto que le tengo, creo que no ha sido suficientemente acucioso en el mantenimiento de unos niveles de reservas internacionales, acordes con el tamaño de nuestras importaciones y el crecimiento de las mismas. Con esa sola consideración, deberíamos tener 40.000 millones de dólares en reservas. Eso tendría un efecto positivo sobre el deterioro revaluacionista de la tasa de cambio.
¿Cómo ve a Colombia?
A la economía colombiana le van a pasar cosas muy positivas. Primero, la reactivación del comercio con Venezuela que puede llegar a 3.000 millones de dólares este año. Segundo, las inversiones y el comercio que se originarán en la aprobación de los TLC con Estados Unidos y Europa, además de la plena aplicación de esos instrumentos con Canadá y Suiza. En tercer lugar está el 2012 como el año de la ejecución de los proyectos de infraestructura. En cuarto, veremos una creciente producción petrolera en un mercado mundial al alza. Y finalmente, una inversión extranjera que llegará a todos los sectores, como consecuencia de la inactividad en el mundo desarrollado. Con ese conjunto de noticias exclusivas para el país, vamos a compensar el mal contexto internacional. Claro, si el Banco de la República deja.