Aurelio Collado Torres, de Monterrey, México pregunta: ¿Qué debe hacer un gerente para lidiar con emociones en sitios de trabajo?
Respuesta: Pues lidiar con ellas, por supuesto. Si hay algo que no recibe suficiente atención en el sitio de trabajo son las emociones. Un mal manejo de las emociones socava la productividad, la creatividad y el funcionamiento de una empresa. Demasiados gerentes parecen preferir que los empleados actúen sin control alguno.
Ahora bien, nosotros no estamos calificados para opinar sobre la naturaleza humana - o estamos tan calificados como cualquier otro mortal - pero usted no necesita ver programas de realidad en la televisión para descubrir que si a los empleados no se los toma en cuenta pueden caer en conductas disfuncionales.
Tal vez se deba al chismorreo, a la paranoia, o a cosas similares que han sido incorporadas al cerebro humano para asegurar la supervivencia de las especies, tal como han señalado algunos científicos.
Pero realmente no importan tanto las razones subyacentes por las cuales grupos de personas son atrapadas en sentimientos muy negativos. Lo que importa, desde el punto de vista de un gerente, es que emociones enfermas dan origen a más emociones enfermizas.
Y es por eso que usted debe manejarlas. Y eso, por suerte, no requiere obtener un título de psicólogo o más tiempo del que usted ya tiene. Sólo exige un compromiso activo para eliminar la incertidumbre en su organización y proporcionar un enfoque resuelto destinado a lograr la inspiración.
Primero hablemos de la incertidumbre. Ningún gerente sabe todo acerca de la trayectoria de cada empleado o los planes futuros de la compañía. Pero la mayoría de los gerentes saben mucho más de lo que dicen.
Desde que comenzamos a viajar por todo el mundo en el 2002, hemos preguntado a muchas audiencias que nos dijeran, alzando las manos, "¿Cuántos de ustedes el año pasado han recibido una honesta evaluación de desempeño que realmente les informa de su lugar en la organización?"
Inclusive en audiencias que habían estado participando con entusiasmo hasta ese momento, recibimos un 10 por ciento que decían 'sí' con las manos. Y con más frecuencia de lo que usted pueda pensar, recibimos una respuesta inferior.
Eso es absurdo. Tal vez un director general está administrando una empresa de mil millones de dólares, desplazando recursos por todo el globo, y presentando pilas de diapositivas de PowerPoint a los ejecutivos, y sin embargo ignora, ya sea que tenga tres o 13 empleados, si están trabajando bien o necesitan mejorar su desempeño.
Por cierto, usted debe ser tan claro en sus evaluaciones que, si en algún momento debe despedir a un empleado, este no preguntará el porqué, sino acerca del 'acuerdo' y la logística de una transición suave.
Ese tipo de franqueza no surge naturalmente en muchos gerentes. Algunas personas inclusive dirán que es algo cruel. Pero nosotros decimos lo contrario. La falta de franqueza acaba con carreras, pues generalmente es demasiado tarde para que un empleado empiece de nuevo en la época en que se le informa de su despido.
En cuanto a la necesidad de eliminar la incertidumbre en una empresa, la mejor práctica es siempre compartir tanta información como sea posible. En particular, ningún gerente debe cometer el pecado tan común de anunciar despidos, generalmente para apaciguar a inversionistas tras informar de malos resultados en las ventas, sin brindar datos específicos: cuándo, dónde y quién.
Inclusive cuando la noticia es mala, eso permite a los empleados dejar de preocuparse por lo que vendrá, y comenzar a adoptar acciones constructivas, ya sea mejorando los resultados, o buscando otro trabajo.
Y después está la inspiración, o para decirlo de otra manera, la transformación de cualquier suerte de sentimientos genéricos acerca del empleo en una verdadera pasión por la misión.
Todos saben que nada grande ocurre sin pasión. Pero muchos gerentes se limitan a hacer exhortaciones acaloradas acerca de la "próxima gran cosa" de la compañía.
Por supuesto, el entusiasmo no hace daño, pero la pasión auténtica está generada por algún propósito. Por ejemplo, que los empleados sepan que la organización está tomando un cierto sendero, y qué significará la travesía con respecto a los trabajos y a las vidas.
La mayoría de las personas no desean ir a la oficina sólo para marcar tarjeta. Los empleados, por regla general, van a una oficina para dar a sus vidas sentido y dignidad. Usted puede ayudar mostrando a su personal cómo sus labores tienen importancia para la organización, la comunidad, e inclusive el mundo.
Y no sólo con un discurso una vez al año en la fiesta de la compañía, sino en cada ocasión que tenga, en los corredores, en los ascensores, e inclusive en la playa de estacionamiento.
Después de todo, el gerente trabaja con empleados. No permita que sus sentimientos se alejen de usted.