El Deutsche Bank ha rescindido los contratos de dos de sus empleados, uno de ellos el responsable de las relaciones con los inversores, mientras continúa su propia investigación sobre las supuestas operaciones no autorizadas de vigilancia tanto de miembros de su consejo de supervisión como de inversionistas.
Este asunto puede suponer un golpe para la reputación del banco, sobre todo al tratarse de un país en el que el espionaje empresarial y el abuso de los datos personales son especialmente mal vistos por la sociedad alemana.
Pero el caso del Deutsche Bank no es único, sino que ha habido también episodios similares en empresas como Deutsche Telekom y la compañía de ferrocarriles, Deutsche Bahn.
Deutsche Bank ha reconocido en público que recurrió a los servicios de detectives privados para vigilar a Gerald Herrmann, miembro sindical del consejo de supervisión del banco, tras sospechar que era la fuente de algunas filtraciones.
También se cree que el banco espió a Hermann-Josef Lamberti, director de operaciones e integrante del consejo de dirección del banco, aunque, a diferencia del caso anterior, el propio banco no ha confirmado ese extremo.
El Deutsche Bank tampoco ha confirmado que espiase en 2006 a Michael Bohndorf, un abogado y accionista que hizo preguntas críticas a la dirección en una junta de accionistas.
El caso está en manos de la Fiscalia
La Fiscalía de Fráncfort estudia actualmente un posible caso de espionaje en el primer banco alemán por activos, el Deutsche Bank, por solicitud de las autoridades de protección de datos del Estado de Hesse, donde radica la entidad de crédito.
Las investigaciones se dirigen contra los servicios de seguridad que supuestamente traspasaron los límites de las órdenes que recibieron.